lunes, mayo 24, 2010

de ovejas y digestiones




COMO OVEJAS AL REDIL
Por Luis Muiño

Arthur Schlesinger fue consejero del presidente Kennedy durante la crisis de la Bahía de Cochinos. Aquel desastroso intento de invasión ha vuelto a ser revisado por la interpretación que se hace de él en “El buen pastor��?, la película de Robert de Niro. Pero Schlesinger ya había dado su versión de los hechos: según él, lo que ocurrió allí fue un ejemplo de la ilusión de unanimidad que a veces sufren los grupos.

Así recordaba nuestro protagonista sus sentimientos durante el incidente: “A veces, yo me sentía culpable por haber permanecido tan silencioso durante las cruciales reuniones previas. Pero mis sentimientos de culpa estaban atenuados por la certeza de que mis objeciones no habrían logrado gran cosa…aparte de granjearme fama de pesado“.

Lo que describe Schlesinger es el sentimiento básico que nos lleva a acuerdos ficticios: cada miembro del grupo cree que, si disiente, su popularidad perderá muchos enteros. Por eso todos callan…

Y se produce la ilusión de unanimidad: el grupo cree llegar a un acuerdo, pero en realidad no lo hay. Sus miembros se sienten presionados por la necesidad de consenso y por la autocensura que, muchas veces, se imponen ellos mismos por culpa de sus intereses personales. El resultado final, en aquel caso, fue que tanto el presidente de EEUU como todos sus asesores decidieron conjuntamente algo que, individualmente, todos sabían que era un error.
Cuando los grupos son muy estructurados y estar en desacuerdo tiene un alto coste emocional, la ilusión de unanimidad es casi constante. Continuamente tomamos decisiones que muchas personas aceptan por no convertirse en los disidentes del grupo. En épocas de guerra, este fenómeno es aún más acentuado. El ambiente emocional se hace más visceral y cualquier pequeño desacuerdo se considera una traición. El grupo, en esos casos, nos recuerda continuamente que las barricadas sólo tienen dos lados: o estamos a favor o estamos en contra.

El tiempo suele clarificar este fenómeno. Dentro de unos años, sabremos cuántas decisiones estamos tomando por esa dificultad que tiene el ser humano para ser crítico dentro de su grupo de referencia. Entonces diremos que fuimos víctimas de la ilusión de unanimidad.

Pero para muchas cosas será ya tarde.


ilustracion de Jorge Mato

6 comentarios:

Margarita Garcia Alonso dijo...

No regreso hasta el fin de semana, no se inquieten por los comentarios, iran saliendo desde que pueda conectarme. Es un texto de reflexion, asi que debate bienvenido.
abrazos y aprovechen los que tambien estan de vacaciones, que estamos con un sol veranigo, rarito por Europa.

Anónimo dijo...

DEL COMUNISMO AL FASCISMO, CON VESTUARIO LIGHT.

Por Charlie Bravo.

Uno se pregunta si ya el personal ha dejado de leer la historia.
Sí, creo que sí.
Por una parte, de lo que se ha olvidado. Por otra parte, de lo que se quiere olvidar. En 1959, un "triunfo populista" pagado por la más rancia aristocracia cubana y apoyado por el departamento de estado de los Estados Unidos llega al poder. Fidel Castro, un falangista confeso, busca el apoyo inicial de la iglesia y los comunistas, para siquitrillar
a sus valedores financieros y religiosos, y chantajear a los comunistas para imponer un estado totalitario en un país que, a pesar de su juventud histórica como república y con todos los problemas que pudiera haber
tenido, era mucho más estable que las "democracias" latinoamericanas de la época. Es decir, el fascista dejó su colección de camisas, pardas, negras y azules, las cambió por el verdeolivo, y se inventó un carnet rojo para aliarse con el antiguo aliado de Hitler, el comunismo ruso. De
ese modo se impone el comunismo como ideología de facto en la isla, sin discusión posible.
Se destruye la industria y la propiedad privada en Cuba como método de destrucción del capital, se impone el capital "estatal" por encima de todo, y se socializa la miseria como método de control -junto con el terrorismo de estado- sobre la población. Abolidas quedan todas las libertades, y abolida queda también la independencia entre los poderes
judiciales, legislativo y ejecutivos. El ejército pasa a controlarlo todo, junto a los organismos de inteligencia, espionaje y represión. Hoy
por hoy, los militares son los que dominan los ministerios, los bancos, las industrias y el turismo en el país que ha sido víctima de la más prolongada dictadura militar en la historia moderna.
Y el tiempo pasa, los dictadores se ponen viejos, como diría Pablo Milanés.
Llega la sucesión, de un hermano mayor al menor, le pasa el cetro y la riendas de la dictadura, además del legado de la crisis económica. Le deja también una serie de incómodos presos políticos, y una buena panda de colaboradores y sicofantes internacionales que le laman las botas. En este momento histórico, toma el poder uno de los dos candidatos manchúes
a la presidencia de los Estados Unidos, y la otra candidata se hace de la secretaría del Departamento de Estado. Y la historia se repite.
La represión raulista ha dejado pálida a la fidelista. Y de pronto, se les ocurre que hay moneda de cambio. Los Estados Unidos tienen presos a
cinco espías cubanos -en realidad son quince, pero diez colaboran con
las autoridades americanas- acusados de planear actos terroristas además de servir como espías contra el gobierno americano y la comunidad cubana
en este país. El régimen castrofascista tiene un par de centenares de presos políticos, pero se las ha agenciado para solo tener que liberar unos cuantos y contar con la admiración suprema de la comunidad internacional.
Las Damas de Blanco, son puestas en crisis por las divisiones y
manipulaciones de los elementos de la seguridad del estado que las
siguen, reprimen y que evidentemente penetran su organización. La huelga de hambre de Guillermo Fariñas, cambia de objetivos, y pide que sean
liberados los presos políticos que están enfermos. La seguridad del
estado "orienta" a las Damas de Blanco que marchen solo en un segmento de la Quinta Avenida de Miramar, solas, y sin nada de apoyos populares, como única condición, necesaria y suficiente, para detener los actos de
repudio en contra de estas valerosas mujeres.

Anónimo dijo...

En esto entra la por demás muy callada iglesia católica cubana en juego,y a través del Cardenal Ortega y Alamino se negocia en concordato con el dictador en jefe, Raúl Castro, el traslado a sus provincias de
residencia y posible liberación de presos políticos -no de todos, claro está- y no se sabe aún si habrá liberación con permanencia en el territorio nacional o si tendrán que volar al destierro los prisioneros y quizás con ellos el huelguista de hambre Guillermo Fariñas y algunas de las Damas de Blanco.
Preguntémonos algo, en este momento ¿no se puede interpretar esta
colaboración y negociación de la iglesia como un reconocimiento al
régimen militar de la Habana?
Si es así, entonces cabe otra pregunta ¿Cómo se han llamado,
históricamente, los regímenes militaristas que han contado con la
bendición y complicidad de la iglesia?
Según recuerdo, han sido solamente los regímens fascistas los que han
"gozado" de tal alianza, como el último ejemplo tenemos al
fasciostalinismo ruso de nuevo cuño, apoyado por la Iglesia Ortodoxa
Rusa, que casualmente tiene una catedral en la Habana para una exigua
feligresía. Esa es la verdadera embajada del nacionalsocialismo ruso en
Cuba, donde se mueven los chicos de Putin con toda libertad.
cont...

Anónimo dijo...

Oficialmente, el régimen de la Habana ha lanzado a un lado la vestidura
comunista, mostrando ya la que vestían debajo del uniforme verdeolivo,
la indumentaria fascista. Esto demuestra una de las más antiguas teorías
sobre el totalitarismo, que define a los regímenes comunistas como
hermanos gemelos de las dictaduras fascistas, con solo una ligera
variación de su liturgia política: el fascismo "permite" una suerte de
propiedad privada que de todos modos esta sujeta al control estatal.
Exactamente eso esta sucediendo hoy en día en Cuba, el régimen pseudo
liberaliza algunas profesiones y prácticas de oficio, el populismo y el
nacionalismo se exacerban y la iglesia pasa a tener un papel "activo" en
negociaciones con el régimen, con la anuencia de ese mismo régimen. Raúl
Castro ha escogido como interlocutor nacional al Cardenal Ortega y con
esta negociación se busca eliminar la posibilidad de que las Damas de
Blanco sean una fuerza activa y reconocida internacionalmente. Claro,
con la división de las Damas de Blanco se elimina la posibildidad de que
reciban el premio Nobel por la Paz, lo cual sería mas importante y más
reconocido que el premio Sakharov que ya ostentan. El régimen estaría
dispuesto a negociar un premio Nobel de la Paz para el Cardenal Ortega,
y hasta permitirían, para complacer al Departamento de Estado americano,
que un representante de la oposición permitida lo compartiera con él.
Naturalmente, nunca permitirían que Oscar Elías Biscet, el verdadero
merecedor de un premio Nobel por la Paz si los hay, lo recibiera.
Tampoco permitirán que el Dr. Biscet salga de la prisión y se quede en
Cuba, y lo que es más, a estas alturas no se conoce si estará entre los
prisioneros trasladados ni tampoco si estará entre los que eventualmente
serán liberados.
cont...

Evaristo dijo...

Lamento estar en desacuerdo con los que estiman que la dictadura está en
las últimas, la dictaura ha simplemente evolucionado hacia un modelo más
eficiente en terminos de represión interna. Por algo se han mantenido
por medio siglo en el poder. Para ello cuentan con el apoyo
internacional, para transformar ese apoyo moral en capital financiero
tienen que hacer algunos cambios y ninguno de ellos traerá libertades a
la población cubana, todo lo contrario. Traerá ilusiones de libertad, y
nada más. Y mientras sea una ilusión, la isla completa puede ser un
poblado Potemkin que eso es lo que se pide desde Washington al régimen,
solo un cambio cosmético para confundir a la población cubana, lograr
que el país siga controlado por un grupo de personajes de carácter
bastante turbio, y sobretodo, que no se dispare la economía cubana ni
que vaya a causar ningún problema a la ya maltrecha economía de algunos
estados americanos. La solución que han diseñado para imponérsela a los
cubanos de la isla es el paso a una dictablanda, con un gran compromiso
con el nuevo orden internacional que ya ha mencionado en su discurso en
West Point el Sheik Obama.
Por tanto, del paso de ganso de las tropas especiales comunistas
pasaremos al paso de ganso de las tropas especiales fascistas. Todo como
antes, todo bajo control, pero con una buena noticia para el dictador y
su prole: ¡se producirá dinero! Y el pueblo de Cuba, bien gracias,
seguirá como antes, pero con una agravante: ni un solo cubano más sería
considerado como disidente, preso de conciencia u opositor legítimo. Se
le habrá en ese entonces vendido muy bien al mundo la idea de que hay un
régimen democrático en Cuba y por tanto se designará a la oposición como
terroristas vulgares y corrientes, con el consabido rechazo
internacional. Muy mal estamos.
lo copie del blog de Zoe Valdes
saludos chiquita

Anónimo dijo...

Marga, te digo q sentirte culpable es señal de salud mental y moral. He leido y oido a psicólogos y loqueros posmodernos abominando del sentimiento de culpa, q nos acongoja por males q están fuera de nuestro control- "una tara judeo-cristiana". Qué perversión: sentir culpa es cómo el dolor q nos avisa de q algo funciona mal y q hay q hacer algo para remediarlo antes de q sea demasiado tarde.
No como Juan Pablo II q le pidió perdón a Galileo, pero ocultó la podredumbre de su propio clero; no como Benedicto, q pide perdón cuando la prensa ya lo ha propagado pero sigue amenazando con las penas del Infierno a los pobres e ignorantes.
No como los socialistas españoles, q piden perdón a los indigenas americanos por los pecados de sus antepasados y desprecian al pueblo cubano de hoy.