La vigencia del nombre “performance” nos acerca al compromiso individual y/o colectivo. El carácter efímero de la actividad muestra la necesidad de documentación y sustentación de la muestra. Las Ciencias Sociales y la Antropología han considerado a la performance en tanto comportamiento usual del género humano al punto tal que no existiría como actividad artística.
Cuba es el país de las “performances” humanas, diarias y reiteradas que se canalizan de forma arbitraria en los actos cotidianos. El movimiento artístico y -disidente- tiene materia a explotar si realmente desea mostrar su inconformidad con la dictadura. La metáfora, la asociación, pueden convertirse en escudo y forma de decir lo que sucede.
El reto queda abierto.
Cuatro personas en el Malecón con pancartas donde se lea
AIRE, incitan, sin dudas a la reflexión.
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