Por El ciclon de Ovas El Hombre Invisible
Linda foto. Ponte aterrizó en Dominicana a las tres con destino a Yuma, pues el hombre no pierde tiempo ante los acontecimientos decisivos. Mis infiltrados me soplaron que el célebre autor de La fiesta vigilada—tanto insistió con que lo vigilaban hasta que lo vigilaron de verdad (Mañach lo llamaría en su estilo, «una suerte de instintiva vigilancia»)—ha emprendido una gira tropical en modo explorador, oteando nuevos horizontes. No es para menos, ahora que a Diarrea de Cuba se le congelaron los fondos. Ya tú sabes, de España hay que salir echando.
¿Se quedará con los trigües de San Pedro de Macorís? Lo dudo. Tal vez termine en México, bien arropado por su combo de Rojitas y Rialta, pero con El Fogonero en la jugada, la cosa se pone oscura. El rodeo por la isla que se repite va para largo, porque aquí todo el mundo hace malabares para no aterrizar en el monstruo y brutal. Pero como el destino es traicionero y la vuelta está a la vuelta de la esquina, me adelanto:
Ponte, si te animas, aquí en Boca Ratón, Florida, hay curro y techo, sin compromiso emocional ni económico.
Aquí te espero, mi adorado Ponte.
Cum magnus ero, sicut tu esse volo.
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