viernes, septiembre 25, 2009
El hijo que tuvo que salir
XLVIII
Cierra el cerco familiar tocando botasillas por montes y ciudades. Ramas dispersas por Canadá y Venezuela, México y el Norte, se contraen buscando el tronco enraizado en La Habana. El hijo que tuvo que salir para buscar prodigalidad y cornucopia; que un día tuvo que partir, mitad aventurero y mitad profesional, para buscar otro signo que reemplazarse al suyo, tuerto ya y chamuscado; ahora regresa con una sonrisa donde la incisión deja paso a un orgullo melancólico acostumbrado a que esa es su familia de revisión y brillo, la que quedo hecha escultura al oír el llamado del camino, y que todos los finales del año acaricia como para seguir en el destierro con el recuerdo de un ademán o la manera de acercarse una voz. Todo viaje, nos dice André Gide, es un pregusto de la muerte. Ya él busca, quizá medio muerto, la felicidad, convertido, al aislarse de la familia, en una categoría kantiana o en un exponente algebraico.
Regresa y pasea entre bastones y maletas etiquetadas, un poco de ceniza y vanidad. Todos los años, en objetos sonoros, en paños diabólicos, tiene que mostrar la línea ascendente de su abundancia. Se le espera como un pájaro que vuelve sobre un árbol. Su triunfo deleznable será mostrarse como un pájaro repleto, siempre en aumento, en un árbol raquítico, siempre recortado. Tendrá que mostrar siempre lo hipertrófico, pues salió para romper una medida. Y sabe, en su secreto, que ya aquella no es su familia, que lo será la que él fundo por otros paisajes. Ese temblor del que empieza lo corroe por dentro y lo enfría por fuera. Asoma su cabeza sorprendida por la puerta del cuatrimotor, desciende por la pasarela como un rey en destierro de los Balcanes, cree oír unas músicas, presentar armas unos soldados de plomo y redoblante, atruenan el magnesio para recoger sus salutaciones y comprende entonces por dentro que es el más vanidoso de los aventureros y el más infeliz de los seres.
José Lezama Lima
Ensayo Tratados en La Habana. Obras completas. _ XLVIII-Tomo II pag. 654-655 -José Lezama Lima; Aguilar, edición mexicana, 1975.
Sirva este texto como homenaje a todos los que desde el exilio seguimos estudiando a Lezama y de diferentes formas, esperamos la libertad.
Obras completas,
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4 comentarios:
Excelente y muy actual.
Saludos
Mayda
y comprende entonces por dentro que es el más vanidoso de los aventureros y el más infeliz de los seres
Así es... :-(
Un beso para ti, Chiquita, y gracias por el aviso!
No lo habia leido, pero que actual, es como si nos hablara... increible
gracias
asi es Aguaya, es la sensacion
abrazos chicas, abrazo Marga
Excelente el texto de Lezama. Muy buen post; Gracias
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