domingo, noviembre 01, 2009

cotidianidad de manuel





La noticia imposible

POr Manuel Sosa

Es oficial: ya no leo diarios de asuntos cubanos. Los que se publican en la isla me siguen interesando por sus titulares, que constituyen material humorístico de primera. Y es que los diarios del exilio han decidido abaratarse más y más, hasta llegar a lo puramente ilegible, sin regarlarnos al menos un cintillo ridículo. Los coleccionistas seguiremos nutriéndonos del oficialismo noticioso, ese que cuecen allá abajo. Hay que concederle ese punto a la prensa exiliada: sus titulares pueden ser neutrales o parciales, pero nunca llegarán a cosas como "Miden eficiencia del cepillado dental" o "Continúa en Granma dignificación del oficio de lustrar calzado". Ahí no ha llegado nadie.

Tampoco podré informarme en los blogs, que sirven mejor para el estudio de las patologías tropicales (con excepciones notables) y que dan al lector la posibilidad de construir un mundo paralelo, con otra idea de valores y juicios. Universo posible, impuesto y defendido a gritos. O en el peor de los casos: con una amabilidad infranqueable.

¿Dónde informarse sobre Cuba entonces? No será en la prensa norteamericana, aguda en todo menos en lo que nos concierne. Ni en la europea, que insiste en ver la isla como una concreción imperfecta de sus ilusiones. Y ni miremos al cono sur, con su vastísimo barbecho y sus sembradores cruzados de brazos, buscando desde siempre al culpable.

Cuando se llega a esos términos, en que todos saben o se imaginan lo que pasa, sin que nadie sepa definirlo o referirlo, no queda otra opción que ser uno mismo la noticia.

O sea, tendremos que convertirnos en noticia por la fuerza, de alguna manera, aunque no salga en los periódicos. Sabremos lo que pasa en Cuba porque nosotros mismos lo estaremos haciendo.


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