Por ROGELIO GARCIA
Comparto este post, aunque no me molesté en conocer al mensajero; total, el mensaje es tan clarito como un día soleado en Miami. No tengo nada en contra de los grants y subvenciones, claro, siempre y cuando no se usen para engordar cuentas bancarias personales. Ahora, que anticastristas de izquierda reciban grants para llevar la democracia a Cuba... bueno, digamos que eso me importa tanto como si andara en bicicleta vieja. Pero, lo que dice el señor Claudio Fuentes es una verita: deberíamos poner más atención a esos grants, porque parecen haberse convertido en una forma de vida muy cómoda para los que prefieren evitar el sudor en la frente. En Miami, hay organizaciones y fundaciones que tratan los grants como si fueran su paguita mensual: con ellos pagan la renta, la hipoteca, el coche y llenan el carrito del supermercado. Así llevan años, viviendo del cuento, y ese cuentito lo pagamos todos con nuestros impuestos. Cuando vivía en Miami conocí a un beneficiario que pagaba con el grant un carro Cadillac de lujo. Vamos, que algunos de estos "beneficiarios" de grants son, en pocas palabras, unos auténticos artistas del parasitismo social.
Claudio Fuentes
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