viernes, septiembre 27, 2024

la izquierda más rancia

 


Rogelio García

Circulan en Fb varios videos de la gran presentación del libro "Ellas bailan solas", el pasado viernes en el Kouber Center. Hace más de diez años estuve en ese lugar, cuando participé en una obra de teatro que, como bien era de esperarse, quedó en el más absoluto olvido.

En los videos, podemos ver a una señora robusta, que responde al simpático nombre de "La Pitu", interpretando su lectura con la emotividad propia de una tragedia griega —aunque a mí más me recordó a una de esas novelas venezolanas donde todo el mundo acaba llorando—. Y hablando de lágrimas, la autora del libro, fiel a las expectativas, no defraudó: se lanzó dos lecturas y, cómo no, terminó con unas lágrimas de cocodrilo que podrían haber ganado un Oscar.

Pero lo más llamativo, y lo que confirma que estamos ante un capítulo más de la cruzada anti-macho de nuestros días, fue escuchar la lectura de nuestra querida Pitu. Tan amplia es hoy la literatura que uno ya no sabe si está ante un género fluido, transgresiones libertarias o la versión literaria de un buffet libre.

De hecho, lo más cómico fue el debate que surgió en torno a la clasificación del libro: ¿historia? ¿relato? ¿prosa poética? ¿crónica? Ni los mismos autores saben a qué categoría pertenece esta obra, pero eso sí, es una gran obra, ¡vaya que sí!

Ahora, tengo que admitir que el intercambio entre música y literatura estuvo... interesante. ¿Son canciones o no? Bueno, parece que lo son, pero tomadas al pie de la letra para despachar sin miramientos al macho, a la cultura patriarcal y a cualquier vestigio de conservadurismo.

Lo mejor de todo es que no importa si ese anti-conservadurismo viene de la izquierda más rancia de nuestros días; todo vale en esta carnicería.

Al principio, ingenuo de mí, creí que el libro era una investigación sobre la música cubana, pero no, resulta que el tren de la cultura woke viene a toda máquina, y el objetivo es claro: dinamitar la familia, acabar con el patriarcado e instaurar un matriarcado con más fuerza que un huracán de categoría cinco.

Y por supuesto, la autora, una feminista intrépida y valiente, nada como pez en el agua en este discurso globalista que, les guste o no, ya está aquí.

"Hominis virtus et ratio ultimum pendeat". 
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