domingo, abril 21, 2024

el remolcador 13 de marzo

 


𝗖𝘂𝗯𝗮 𝗰𝗼𝗻 𝗛 𝗱𝗲 𝗢𝗿𝘁𝗼𝗴𝗿𝗮𝗳𝗶́𝗮
#EstampasDeMiCuba - Jorge García Más, quien perdió catorce familiares en el hundimiento del remolcador 13 de marzo a siete millas de la bahía de La Habana, describe los hechos ocurridos el 13 de julio de 1994. Un hecho criminal denunciado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que determinó lo siguiente: «Las pruebas demuestran claramente que el hundimiento del barco remolcador 13 de marzo no fue un accidente sino un hecho premeditado e intencional». El hundimiento del remolcador 13 de marzo con más de 70 personas a bordo, ordenado por la dictadura castrista, no aparece en las efemérides oficiales de la nación. A continuación, para que pueda entenderse mejor, todos los hilos que he escrito sobre esa masacre.

UNA HISTORIA DE DOLOR Y MUERTE SOBRE EL REMOLCADOR 13 DE MARZO, hundido a siete millas de la bahía de La Habana por órdenes de Fidel Castro el 13 de julio de 1994. Tras la masacre, 41 cuerpos desaparecieron y nunca se recuperaron. La víctima más pequeña tenía 5 meses de edad. ¿Quién dio la orden de lanzarle agua, embestirlo e intentar hundirlo? ¿Por qué no se investigó este hecho hasta la saciedad y se hizo un juicio ejemplarizante con los culpables, como se intentó hacer en la famosa Causa No. 1? ¿Cómo pueden hacer creer que tres remolcadores ejecuten esa terrible operación de tipo militar sin conocimiento de la Jefatura? ¿Por qué uno de los remolcadores de persecución se puso a un lado a la salida del puerto y luego regresó para embestir a la nave robada? En la madrugada del 13 de julio de 1994, cuatro barcos del régimen cubano, equipados con mangueras de agua a presión, embistieron un viejo remolcador que huía de Cuba con 72 personas a bordo, a 7 millas de la bahía de La Habana. Como resultado de esa acción, perecieron 41 personas, incluidos 10 menores de edad. Según los sobrevivientes, 31 personas, la tripulación de los también remolcadores Polargo 2 y Polargo 5 embistieron intencionalmente al que escapaba. Nadie en Cuba sale a ningún lado en un barco con una vía de agua sin autorización. Lo hicieron desde el mismo muelle, con comodidad.
Ahí iban no menos de 10 marineros. Las lanchas Griffin, por ejemplo, no salen al mar con fuerza 3. Según el Granma, este remolcador salió con una fuerza 3 y en una vía de agua de 7 cm. Se hundiría si así fuera. Decían que estaba acabado de reparar. Por ende, no puede hacer una 'vuelta de campana' por el lastre que lleva. A este lo dividieron al medio por la popa, como con un cuchillo. El lastre se llama cochinito o hierro dulce. Se parte por el sol y el sereno. Este remolcador hizo 7 millas en 45 minutos a pesar del hostigamiento y los bandazos que estaba recibiendo. Eso es velocidad. ¿Cómo es posible, entonces, que ese 'ataúd flotante', según el Granma, que supuestamente se está hundiendo y lo están atacando con agua, pueda navegar raudo unas 7 millas en 45 minutos sin zozobrar? Entre el 15 de mayo y el 15 de agosto, esas aguas de la bahía son planas. Según la nota oficial, la fuerza de mar declarada era 3, algo que solo ocurre si hay un ciclón o un anticiclón, que no fue el caso. Hubo supervivientes que estuvieron nadando hasta 1 hora, esperando que llegara la lancha de rescate. ¿Cuándo les avisaron? ¿Cómo va a producirse un accidente entre naves y tripulaciones acostumbradas a lidiar con enormes cargueros, buques y tanqueros? Los accidentes ocurren, pero esto fue una masacre. El 14 de julio de 1994, el Granma publica una nota oficial.

"Zozobró remolcador robado por elementos antisociales. Aproximadamente a las 03:00 horas de la madrugada de ayer, elementos antisociales sustrajeron por la fuerza del puerto de La Habana el remolcador 13 de Marzo, perteneciente a la Terminal Mambisa de Occidente, con el fin de abandonar ilegalmente el país. En su huida, la embarcación zozobró, aproximadamente a 7 millas de la costa, siendo rescatadas por embarcaciones estatales y de Tropas Guardafronteras 31 personas: 20 hombres, 5 mujeres y 6 menores de edad, existiendo un indeterminado número de desaparecidos. Este irresponsable hecho de piratería promovido y estimulado por las radios contrarrevolucionarias, los elementos más reaccionarios de la gusanera en Miami y por los consabidos incumplimientos de los acuerdos migratorios del gobierno de Estados Unidos, ha provocado este desagradable incidente que continúa siendo investigado por las autoridades competentes". Dos días después, el Granma vuelve a culpar a otros. En una nota del MININT, se dijo que "este medio naval estaba notificado con una avería que propiciaba una vía de
agua, lo que era conocido por los autores directos del plan, que aun así, de forma irresponsable, no repararon en consumar el hecho". Ese día, María Victoria García Suárez, de 30 años de edad, perdió a su esposo, su hijo de 10 años, su hermano, tres tíos y dos primos.
Trascurren las 9:20 de la mañana del 27 de julio de 1994. Ella describe con mucha exactitud los momentos trágicos vividos. Y siempre repite lo mismo, como para no dejar lugar a dudas sobre la veracidad de lo expuesto. "Con los matules al hombro, cogimos la guagua. Mi grupo lo componen: Juan Mario, mi hijo; Ernesto, mi esposo; Joel, mi hermano; Eddy y Estrella, mis tíos; Eliécer y Omar, mis primos; María Miralis y Xicdy, esposa e hija de Omar. Además, Armando Morales Piloto, amigo de Eddy, Julia Caridad y su hijo Angel René, y Yaltamira con José Carlos; se agregó Espiga. Dentro de la guagua, ya venían Lázaro Borges (Felo), chofer y primo de mi papá, su esposa Lisset y la hija Giselle; y Guillermo, el tío. Arrancamos sin saber a dónde. Diez o quince minutos después, paramos. Pensé en la policía y corrí la cortina de la ventanilla a un lado para ver. Estábamos en la rotonda de Cojímar recogiendo otro grupo. Eran bastante. Luego de saludarnos, continuamos". Poco tiempo después, ya dentro del barco, comienza la tragedia. "Subí a la cubierta bajo protesta de mi esposo cuando me lo pidieron. Abajo, él trató de sujetarme, pero le dije 'sígueme' y no lo hizo. Conmigo había otras madres con sus hijos, éramos pocos allí. Me acomodo por la parte de popa debajo del toldo que sirve de techo y nos sujetamos del palo que tiene la campanita arriba. Al niño lo meto dentro de. un corralito en la misma base del palo. Navegamos un rato y es cuando el niño me pregunta, mirando hacia atrás: 'Mamá, ¿qué es esa luz?' Entonces yo miro y compruebo que otro barco nos sigue. 'Sí, mi hijo, es otro barco', le dije, sin quitar mi vista de esa dirección".
Avisan desde alante que son perseguidos. Comienzan los chorros de agua y los golpes por el costado. Trata de cubrir el cuerpo del niño con el suyo. La gente desde el Malecón lo vio todo. "Yo le decía a mi niño que no tuviera miedo, que aguantara un poquito. Yo estaba de espaldas a la popa, y el niño me advierte: '¡Cuidado, mamá, viene pa' arriba de nosotros!' Trato de protegerme apretándome contra el niño y el palo. Aquello parecía un tiburón que venía a tragarnos. Llegó arriba de nosotros hasta que se monta encima y parte el barco por atrás. El barco se hunde. Le dije al niño qué hacer. Él obedece. Nos hundimos. Salí a flote dos veces. El niño parecía dormido, abrazado a mí. Le dije que cogiera aire y aguantara. Lo hizo, pero no resistió". Hasta aquí el hilo. Muchísimas gracias por leer.


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