sábado, febrero 19, 2011

a la vez...











de William Rios


alegorIa de Cuba, isla en las aguas turbulentas de la multitud.

EL HOMBRE QUE PARO EL TIEMPO


4 comentarios:

Antonia Baranov dijo...

Que originalidad de pensamiento se traslada en images magicas y al vez super realista!

Anónimo dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=28jTz3K8Ne0

asere cubano dijo...

Las aspirinas revolucionarias temporales que les están administrando los tiranos a sus carneros, que luego que pase este bache económico profundo y aparezca alguna vía para reflotar el terror, vendrá la repetición de los mismos agravios, reprimirán a los trasnochados empresarios indigentes-delincuentes, le decomisaran deliberadamente sus andrajos obtenidos del tonto sacrificio hurtar-empresarial y todo volverá a lo que antes era, nada un país de mierda, donde los inútiles son la moneda de cambio del bienestar de sus dictadores.
Esos que como bien dices en tu pie de foto han sido capaces de detener el tiempo y me atrevo a decir que hasta han logrado retraerlo.

Anónimo dijo...

La historia del mundo está plagada de personajes que pretendieron ganarse la confianza desmedida e inmotivada de las turbas, cuando deseosas del advenimiento de un Mesías que los guiara por el recto camino, eran proclives a caer en la alucinación colectiva.

Estos sujetos, aprovechando la desilusión, el temor y la ira contenida de los pueblos, no se han prodigado solo en las religiones que asolan la tierra: también en la política se conocen auténticos iluminados que mediante la demagogia y el proselitismo, han divulgado buenas nuevas que siempre escondían desagradables sorpresas: la ambición enfermiza por el poder omnímodo y el culto a su persona. De triste y dramático recuerdo; algunos de ellos asolaron la Europa del siglo XX.

Desgraciadamente estos relumbrantes salva patrias no son agua pasada. La política contemporánea nos trae, de vez en cuando, alguna mente privilegiada que motivada por lo que a su juicio es una imbecilidad generalizada, pretende descubrirnos nuestra verdadera esencia, abriéndonos los ojos a la evidencia que la idiotez congénita nos impide ver: todos, sin saberlo, somos suyos.

http://blogs.laverdad.es/juanespanyol/2011/2/19/sois-mios-pero-lo-sabeis