Hay ruidos muy extraños en el sistema. Espero que la algarabía siga fuerte, aumente cada vez más aunque me deje sorda.
Dos jóvenes artistas han enviado una carta a Abel Prieto, Ministro de la “hot gamma cultura “cubana. El hombre que ha conseguido que muchos artistas publiquen, participen en festivales internacionales, den conferencias, exposiciones en importantes salones, con una sola condición: apoyar la dictadura de la Habana, vender palabra y figurar en cualquier representación.
Agradecidos deben estar todos aquellos que han puesto el culo en el avión-desde que yo era pequeña-con estrategias semejantes a la prostitución, en un mundillo, que si no fuera por ello, Cuba estaría apenas representada, pues aquí afuera, aquellos mismos que tiraban sus prendas intimas sobre la mesa de Prieto, una vez que se cansaron de cualquier cosa- entiéndase, cualquier cosa-forman clanes en el extranjero y como disidentes de alto nivel- gracias a lo alcanzado antes con Abel- siguen promoviendo la misma repartidera de premios.
Remar te llevara siempre a algún lugar, pero la falta de perspectiva, donde quiera que se esté, hace de la Cultura cubana la mayor víctima. Pues aquel que logro un “éxito”, tiene “pasta” y se ubico por marketing sostenido en el bombo, no solo se dedica a remar, también echa agua en los barcos de su entorno con la finalidad de hacerlos zozobrar.
En fin, prostitución de la mente y del espíritu, o perteneces a los ovejones degollados que cantan al encierro y son invitados por doquier como victimas que sudan letras y cuadros desde la prisión de la isla, esa que ellos han escogido como garantía de aceptación universal; o perteneces a la masa difusa del exilio, que crea esperando que un ”santón” de fuerte cuenta bancaria le pague un poemario, o se introduce con zalamería en la infinita cofradía de aduladores y siniestros camajanes de la famosa lotería que dicen , en forma dictatorial , “quien debe existir”, “a quien hay que ignora”…o simplemente estás fuera del juego.
Los chicos que nos ocupan hoy Alejandro González y Yeny Casanueva, tienen de todo como actores de la plástica. Y de sobra también.
Todo artista sabe que si no se enajena un poco no lo reconocerán. – (ver lo anterior dentro, como fuera de Cuba)
Todo artista de la plástica sabe que un buen “curator”, es solo el compa amigo, que el “otro” curator, o tuvo una visión subliminal con tu trabajo (0,005por ciento de los casos) o para llegar a su puerta debes haber pedido un par de tenis de suela resistente. Salvo, claro está, si detrás puntea un mecenas, que se ocupa de tirarte, mas allá de las estrellas, al espacio sideral -noten aquí hablo de dinero, que en cualquier color, encanta.
Todo artista de la plástica sabe que cuando no le invitan a un salón, hay que hacer su “off”, pero no quedarse con el trabajo dentro, que es igual a un roedor de ideas, fuerza y energía.
Todo artista sabe que donde exponga, hasta en la bienal de Venecia; sobre su obra habrá un ojo agudo. El arte es así, sobre todo el contemporáneo, del cual se desconoce mucho, asusta y se compara, en muchos casos, a la destrucción (de los patrones establecidos, lo que trae buenas ruinas, excelente polvo futurista o desperdicio, ese es el precio de avanzar en el arte). Concepto y obra, a veces no se dan la mano. Los viejos pintores sabemos que para colgarnos el cartelito debemos quemar hasta cuadros y renegarnos, pero en fin, aquí estamos.
Muy acertado el propósito de los chicos, no estoy segura que recuerden- por eso sigo insistiendo en rescatar la memoria- no por aquellos que fueron oficiales, y ahora se las dan de saber, por aquellos que la vivieron en carne propia. Abel debe haber recibido cajas y cajas de cartas similares, que seguro repartió entre sus compinches durante el periodo especial, para limpiarse lo que saben.
El método “espío serie policiaca” me enternece y me gusta. Muy buena forma y lógica, pero tendrán que abreviar, tanta palabrería dificulta el mensaje; además que al ser tan largo, caen en el ego herido, y, en arte cuando se cae en “mami, la sopa esta fría para mí”, desmerita la demanda mayor, que a mí personalmente me llego: algo anda muy, pero muy mal, puntualizo y corrijo con mi experiencia, “algo sigue muy, pero muy mal, y queremos hacer ruido”.
En fin, escuchemos tiros de cualquier bando, leamos manipulaciones de cualquier tribu siempre bajo la capucha del innegable “Anónimo cubano”, ese ocupara el sitio de Martí en la Plaza de la Revolución cuando llegue el cambio; escuchemos esta performance cibernética como un acto mayor, y que les traduzco, -es solo mi versión, usted puede poner la suya-en esa isla ya nadie quiere seguir encerrado, ya no quieren más gulag tropical, quieren ser conocidos los que protestan, todos los contestatarios reclaman atención, dejemos de hacer de figuras emblemáticas nuestra única información, sean bienvenidos al ruido, ese ruido extraño donde no se sitúa nadie, pero que avisa que la era de “todos contra todos comenzó”.
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