lunes, septiembre 06, 2010




Dice ACHERO MAÑAS que "La liberación de la mujer es una falacia", mientras en Freedom (Libertad), título de la cuarta novela de Jonathan Franzen, obra en cuyas páginas se resume la era Obama, la angustia de la situación por la que atraviesa el país, y en un contexto más general, el ciudadano de hoy.
En las cuotas de la mortandad: al menos 19 muertos en un atentado suicida en Pakistán; sepultados por el lodo en Guatemala; tres soldados muertos y 33 heridos en un atentado suicida en Daguestán; los mineros se quejan de censura;Netanyahu hace equilibrios para tratar de contentar a colonos y palestinos y el Vaticano, preocupado por Sakineh ...yo ando corriendo, trabajando fuera de la ciudad, visto el merengue cubano... del mismo huevo , cuando lo baten dicen que es tortilla y sale revoltillo; lo pasan por agua y en lugar de quedar claro, sigue siendo indigesto y dificil de avalar, les dejo con el poeta que estudio en septiembre...

Noticias

De la terrena civilización, qué diremos? Que fué un sistema de coloreadas esferas vaciadas en vasos ahumados, Donde un luminiscente hilo líquido se mantuvo envuelto y desenvuelto. O que fué una imponente colección de repentinos resplandores de
palacios
Destrozados a tiros desde una cúpula de macizas puertas
Detrás de la cual anduvo un monstruo sin rostro.

Que cada día se echaron las suertes, y que quienquiera que se arrastró
bajo
fué conducido hasta allá como sacrificio: ancianos, niños,

muchachas y muchachos. O pudiera ser de otra manera:
que vivimos en un vellocinio de oro,
en una red de arco-iris, en un capullo de nube,
Suspendidos de la rama de un árbol galáctico.
Y nuestra red fué tejida de materia de signos,
Jeroglificos para el ojo y el oído, amorosos anillos.
Un sonido retumbado adentro, esculpiendo nuestro tiempo,
El pestañeo, aleteo, gorjeo de nuestro lenguaje.

Que nosotros pudimos tejer la frontera
Entre dentro y sin, luz y abismo,
Si no, desde nosotros mismos, desde nuestro propio cálido aliento,
Y lápiz labial y gasa y muselina,
Desde el latido del corazón cuyo silencio hace el mundo morir.
O quizá, no diremos nada de la terrena civilización.
Para que nadie realmente conozca lo que fue.

CZESLAW MILOSZ

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