...Cómo se conservó durante tantos años es una gran pregunta, pero lo esencial es que nos estremece esa letra perfecta, nada nerviosa para el calvario que vivía en sus últimos momentos.
No podríamos imaginarnos a ese mulato dentro de una celda con guardias vigilándolo y escribiendo con firmeza sus postreras letras. Al observar el manuscrito, nos estremece el final del soneto Despedida a mi madre: «Adiós madre, adiós. El Peregrino. Plácido antes de morir».
Conserva museo de Matanzas última carta del poeta cubano Gabriel de la Concepción Valdés CUALQUIER SEMEJANZA con personajes y hechos actuales, ES SOLO PORQUE sufre también del TRASTORNO CUBANO
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