Escribimos esta carta cuestionando su cargo y la moral del gobierno cubano que resulta ser cada vez más falsa por lo que hemos podido apreciar a raíz de una serie de comentarios que hemos recibido mediante correo electrónico, después de realizar las primeras presentaciones de la Obra-Catalogo # 1, realizada para circular por internet durante la Bienal de La Habana.
Comprobamos que evidentemente ha sido interceptada por la seguridad del estado de Cuba (...) La Obra-Catalogo # 1 es también una denuncia a los métodos de vigilancia y control que se realizan en Cuba con respecto a toda actividad cultural que se propongan realizar los intelectuales y artistas en la isla. Métodos que no sólo cuentan con la labor de los agentes de la contra inteligencia, sino que usted, señor ministro, es uno de los principales colaboradores.
Precisamente esta obra ha sido interceptada y censurada, debido a la presencia de elementos que refieren directamente los condicionamientos socioculturales y políticos del arte cubano actual, razón que demuestra abiertamente cómo actúa esa política corrupta de la cual usted, es uno de los principales artífices, mediante la legitimación de propuestas enajenadas y la censura de otras obras que trata de negar, aunque continúen generándose pese a sus esfuerzos. Supuestamente un Ministro de Cultura, tiene dentro de sus deberes el estudio y el análisis necesarios para comprender la producción cultural y artística de su país y contribuir a su divulgación en lugar de tacharla. Un Ministro de Cultura debe buscar soluciones eficaces para que las obras o acciones culturales consigan llegar a todos, para que se proyecten y se comprendan las complejas relaciones de significados que articulan la cultura y cuya riqueza no solo radica en la diversidad de proposiciones y puntos de vista, sino en la posibilidad de generar valores positivos, mediante una conciencia basada en la libertad de percibir y expresar el presente, en lugar buscar la reafirmación cultural en la historia, ya tan manipulada y en las posibles herencias ideológicas de la política actual de Cuba, mediante las manifestaciones más enajenadas del arte, esto, entre otras muchas cosas. ¿Cómo pretende que Cuba pueda ser un país culturalmente libre cuando usted mismo lleva a cabo las medidas de censura de una obra y cuando usted mismo lleva a cabo las medidas de desestimulo de los propios creadores y artistas cubanos, por el hecho de referirse a su realidad y por cuestionar los efectos políticos que inciden directamente sobre el campo del arte y la cultura? ¿Cómo cree que merezca respeto, cuando colabora directamente con los organismos represivos del gobierno, encargados de limitar la producción artística y cultural del país en que usted ejerce como Ministro de Cultura? Usted es el dirigente de un ministerio que es en extremo corrupto, pero no solo por el tráfico de personas que sus trabajadores realizan constantemente y que son los mismos, que para firmar un trámite de viaje a cualquier artista, este les debe hacer un regalo de antemano, preferiblemente en metálico. Su institución no es corrupta solo porque implica que cuando se venda la obra de cualquier artista (preferiblemente emergente), este tenga que darle luego parte de su dinero a determinadas personas para que le sigan tramitando la venta de sus obras, incluso después de haberles tomado el 35 % como impuesto tributario.
Su institución está degradada de antemano por la inmoralidad que recae sobre usted como su primer dirigente, está corrupta porque por encima de los valores artísticos y culturales de una obra de arte, coloca las prioridades y medidas políticas propias de las dictaduras totalitarias (...) ¿Dónde está la respuesta a todas las cartas que enviamos al Consejo Nacional de las Artes Plásticas, a usted como Ministro de Cultura y al Comité Central? En ellas hacíamos un análisis detallado de algunas propuestas estéticas que habían sido excluidas de la octava y novena Bienal de La Habana, propuestas que ni siquiera corrieron la suerte de ser analizadas por los corruptos mediadores, supuestamente curadores, que constituían el Comité organizador de la Bienal sin carácter o criterio curatorial alguno. Es mucho más fácil para ustedes no prestar atención a los asuntos reales, ya que de lo contrario tendrían que llevar a cabo grandes reestructuraciones dentro de este comité organizador de eventos culturales como la Bienal de La Habana.
Sus organizadores, pasado el tiempo e intentando establecer otro tipo de relación, me pidieron dinero para permitirme llevar a cabo la nueva propuesta para la X Bienal (y puedo darle nombres y pruebas reales, tengo grabaciones de audio). Por supuesto no acepté tales proposiciones. La respuesta que nunca recibí de usted a las cartas, la encontré en estos documentos que mostramos en la Obra-Catalogo # 1 que de ser leídos por los artistas que hoy participan en la X Bienal y de ser ellos honestos y optar por un criterio sincero, no participarían de un evento permeado de tales manipulaciones y orientado a fortalecer mecanismos de confinamiento, que implican el deterioro de su propia imagen como artistas, mediante su colaboración con la política exterior del gobierno y la falta de moral de un Ministerio de Cultura completamente corrupto.
Muchos son los intereses que se debaten en este evento, su consecuencia cada tres años es la asistencia de propuestas artísticas legitimadas por el sistema, que actúan como trasfondo de los propósitos reales del mismo. Estos documentos demuestran la manera en que estos artistas y curadores son sometidos a los intereses políticos del sistema incluso desde lo personal, al igual que los participantes tanto extranjeros como cubanos, controlados por las individualizadas estrategias de la seguridad del es tado.
Muestran como algunos artistas colaboran con el MININT a cambio de beneficios que todos conocemos y cómo son denegadas las presentaciones de otras obras en el evento, solo por la suposición o malinterpretación de supuestos contenidos político-ideológicos negativos, además de las medidas que se toman tanto en lo personal como en lo profesional con estos artistas, medidas que haremos notar en los últimos correos de la Obra-Catalogo.
Estas formas de censura reafirman una vez más la imposibilidad que tienen los que viven y trabajan en Cuba de tener acceso a una propuesta de arte como la Obra-Catalogo # 1 que muchos especialistas, artistas, curadores y público en general reconocen, a pesar de su negativa de que esta obra circule en Cuba.
Firmado: Alejandro González y Yeny Casanueva.