Papa Francisco @Pontifex_es
Encomendemos Venezuela a la intercesión de Nuestra Señora de Coromoto. Dirijo un sentido llamamiento a todas las partes para que busquen la verdad, resuelvan las disputas mediante el diálogo y se preocupen por el verdadero bien del pueblo y no por los intereses partidistas.
ZoePost - Zoé Valdés @MartianaMayo59
El Viejo Libertario. @ViejoLibertario
Su Santidad,
Con profunda reverencia y humildad, me dirijo a Usted para expresarle mi absoluta disconformidad. Principalmente porque su llamado al diálogo resulta apropiado solo en situaciones de fuerzas equivalentes. En Venezuela, el ejercicio de la fuerza y el autoritarismo es monopolio del estado dictatorial.
Si Usted desconoce que en ese país se tortura, por ejemplo, en el Helicoide, sería recomendable que se informara o que enviara una comisión para auditar. Cientos o miles de almas han partido al cielo sin que Usted siquiera las mencione y mucho menos las bendiga.
Dígame, ¿qué diálogo es posible entre el torturado y su verdugo, o entre un tirano y el pueblo oprimido? Es una salida muy conveniente encomendar la solución a la imagen venezolana de la Virgen María, pero Usted debería ejercer su poder político aquí en la tierra. Si bien el venezolano es profundamente religioso, los muertos de la dictadura no resucitan, y la sangre derramada mancha las manos de quienes observan el problema desde afuera y creen que con un tweet cumplen con su deber.
Si desea que el pueblo crea que la Iglesia piensa en ellos, demuéstrelo con acciones concretas.
Respetuosamente
EVL
nota bene: Igual rogamos a los romanos para que no crucifiquen a JESUS y no tengas ese puesto papal, se trata de asesinos, del dictador Maduro que està matando a su pueblo. Use su rango para detener la masacre y el abuso sobre los humildes.
Fragmento de un discurso de Juan Pablo II hablando sobre las dictaduras en los años 90:
"Una vez que se han intentado todas las posibilidades ofrecidas por las negociaciones diplomáticas y los procesos establecidos por las convenciones y las organizaciones internacionales y que, a pesar de ello, las poblaciones corren el riesgo de sucumbir a causa de los ataques de un agresor injusto, los Estados ya NO tienen el «DERECHO A LA INDIFERENCIA». Parece más bien que su deber es el de DESARMAR A ESE AGRESOR, si todos los otros medios se han mostrado ineficaces. Los principios de la soberanía de los Estados y de la no injerencia en sus asuntos internos —que conservan todo su valor— no pueden, sin embargo, constituir una pantalla detrás de la cual SE TORTURA Y SE ASESINA. Porque de eso se trata precisamente'
Discurso del Santo Padre Juan Pablo II a los miembros del cuerpo diplomático acreditados ante la Santa Sede.
Sábado 16 de enero de 1993.
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