domingo, enero 23, 2011

Se cargan a Céline



No habrá homenaje oficial en Francia por el cincuenta aniversario de la muerte de Louis-Ferdinand Céline, fallecido el 1 de julio de 1961. Así lo ha hecho saber hoy por la tarde el titular de Cultura, Frédéric Mitterrand, tras varios días de polémica.




"Aunque la conmemoración sirviese solo a eso (...) a empezar a entender la oscura y monstruosa relación que ha podido existir, en el caso de Céline al igual que en otras personalidades, entre el genio y la infamia, habrá sido no solo legítima, sino útil y necesaria", escribe al respecto el filósofo Bernard-Henri Lévy, en la revista digital La Règle du Jeu.






“Es verdad, tienes razón a fin de cuentas –convine, conciliador-, pero, en fin, estamos todos sentados en una gran galera, remamos todos, con todas nuestras fuerzas… ¡no me irás a decir que no!… ¡Sentados sobre clavos incluso y dando el callo! ¿Y que sacamos? ¡Nada! Estacazos sólo, miserias, patrañas y carbonadas encima. ¡Que trabajamos!, dicen. Eso es aúm más chungo que todo lo demás, el dichoso trabajo. Estamos abajo, en las bodegas, echando el bofe, con una peste y los cataplines chorreando sudor, ¡ya ves! Arriba, en el puente, al fresco, están los amos, tan campantes, con bellas mujeres, rosadas y bañadas de perfume, en las rodillas. Nos hacen subir al puente. Entonces se ponen sus chisteras y nos echan un discurso, a berridos, así: “Hatajo de granujas, ¡es la guerra! –nos dicen-. Vamos a abordarlos, a esos cabrones de la patria nº 2, ¡y les vamos a reventar la sesera! ¡Venga! ¡Venga! ¡A bordo hay todo lo necesario! ¡Todos a coro! Pero antes quiero veros gritar bien: ¡Viva la patria nº1! ¡Que se os oiga de lejos! El que grite más fuerte, ¡recibirá la medalla y la peladilla del Niño Jesús! ¡Hostias! Y los que no quieran diñarla en el mar, pueden ir a palmar en tierra, ¡donde se tarda menos aún que aquí!”.

Viaje al fin de la noche. Louis-Ferdinand Céline. 1932.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

"Las personas van de una comedia a otra. Mientras no esté montada la obra y no distingan aún sus contornos, su papel propicio, permanecen ahí, con los brazos caídos, ante el acontecimiento, y los instintos replegados como un paraguas, bamboleándose de incoherencia, reducidos a sí mismos, es decir, a nada. Cabrones sin ánimos...Yo sólo podía contar con mis propias fuerzas para deshacer la mierda del hechizo."(Cèline)

Anónimo dijo...

"Era de una época en que la gente humilde aún no había aprendido a escucharse a envejecer."(Cèline)

Anónimo dijo...

El Cèline más misógino: "A lo largo de las orillas, los domingos y por las noches la gente trepa a los ribazos para hacer pipí. A los hombres eso los pone meditabundos, sentirse ante el agua que pasa. Orinan con u sentimiento de eternidad, como marinos. Las mujeres, ésas no meditan nunca. Con Sena o sin Sena...La ciudad oculta como puede sus muchedumbres de pies sucios en sus largas cloacas eléctricas."

Anónimo dijo...

Si los pueblos no ponen en práctica el perdón entre sus asignaturas nos vamos a pasar la vida con este berenjenal infinito..

Anónimo dijo...

El Cèline más racista: "Por los olores es como acaban las personas, los países y las cosas. Cerré los ojos porque, la verdad, ya no podía abrirlos. Entonces el acre olor de Africa, noche tras noche, se esfumó. LLegó a serme cada vez más difícil percibir su tufo, mezcla de tierra muerta, entrepiernas y azafrán machacado."

Anónimo dijo...

Y tampoco sé que dirán entonces de Lampedusa, que también coqueteó con el fascismo y fue un confeso antisemita.

Anónimo dijo...

¿Y de Genet?. ¿Y de Gil de Biedma?. ¿Y de Bowles?si aplicamos lo "políticamente correcto" a los clásicos de la literatura...no se salva nadie. Ahora recuerdo a Virginia Woolf que odiaba y despreciaba a los negros.O Camilo José Cela, que despreciaba a Lorca y a los homosexuales.

Margarita Garcia Alonso dijo...

Para mi es una aberracion, enorme, y ya sabes , soy judia, y mas viniendo de un ministro de la cultura como Miterrand conocido homosexual y defensor de causas , como diria, causas dudosas. Al menos el debate hubiese estado abierto, ahora se va convirtiendo en simbolo de los que censuran.

Anónimo dijo...

con esa lógica del gobierno francés, también habrá que suspender, de ahora en adelante, los cumpleaños de Paul Eluard, gran poeta surrealista, pero que también justificó los crímenes de Stalin, del comunismo.

Anónimo dijo...

Por no hablar del eslavófilo Dostoievsky, del imperialista Kipling o el militarista Mishima..

Anónimo dijo...

Calculo que a Céline no le hace falta celebración alguna de gobierno alguno. Tan intracendente para él y su obra como cualquier juicio de valor que nadie pueda hacer sobre ella. Que para nosotros sea o no importante es ya otra cosa. Yo me acojo a Céline, no a la opinión pueda tener sobre él el gobierno francés. O, para el caso, cualquier otro gobierno, academia, o crítico homicida.
Daniel Ivan

Anónimo dijo...

me parece un disparate que el gobierno frances haya dejado de lado las conmemoraciones - si llevamos a extremos lo "politicamente correcto" pocos o ningun acontecimiento podra celebrarse... Mas bien: deberia aprovecharse el homenaje a Céline para informar sobre lo negativo del antisemitismo o cualquier clase de xenofobia u odio racial (esconder solo empeora las cosas - la historia enseña la necesidad de confrontar, dialogar...)

Dario Alvarez

Anónimo dijo...

pero para esto se necesita voluntad de dialogo, un minimum de cultura y inteligencia. Al actual gobierno le faltan los tres

Anónimo dijo...

Que Cèline fuera fascista carece de la más mínima importancia.... lo importante,lo valioso ,lo que nos dejó ,fué una obra importantísima que debería ser celebrada con orgullo por los franceses.

Bastet Barna

Anónimo dijo...

Francamente no entiendo a los que diferencian entre la obra de un autor, de un artista, y su persona; ni a los que lo hacen para defender la obra genial de un creador con rasgos desagradables ni a los que lo condenan por esos mismos rasgos a pesar de su obra genial. ¿Acaso la obra realizada por ese creador, con la carga de pasión, de inteligencia, de emoción, de sensibilidad que esta implica, no forma parte, también, de la persona? Me parece que separar ambos aspectos implica no entender la condición humana en su conjunto. Decir que el Voyage... es un libro fascista, misógino y racista por dos o tres párrafos (o cuatro, o cinco...) es desconocer que en él se lee una de las denuncias más vigorosas del colonialismo, y que sus páginas finales se cuentan entre las más conmovedoras y llenas de compasión, y comprensión, que se hayan escrito sobre las pobres vidas de los hombres. Y eso también forma parte del hombre que lo escribió, y debe hacérnoslo valorar, a pesar de sus posteriores delirios antisemitas. Y también por eso vale su obra, y no sólo por sus meras cualidades formales.

A Rascal Rat

Anónimo dijo...

En este caso, yo no diferencio la obra del artista y la persona. En el caso de Cèline es imposible ya que se trata de un escritor visceral, sincero que siempre dice lo que piensa. Y lo que piensa está trufado, al mismo tiempo, de verdades como puños y otros aspectos muy desagradables. No son cuatro o cinco párrafos, se trata de páginas y páginas enteras realmente vomitivas donde Cèline hace gala de su fascismo y misoginia, eso sí con un estilo literario brillante y renovador. Vale, es cierto que critica al colonialismo (y también al capitalismo) pero, de paso, pone a las colonias, al continente africano como un territorio asociado a la muerte, a lo peor de la especie humana, algo que ya viene de la literatura decimonónica francesa(no hay que olvidar que el fascismo como ideología nació en Francia, y no en Alemania o Italia). Los delirios racistas, antisemitas de Cèline no son posteriores, ya laten incluso en sus dos obras cumbres. Y en sus novelas más bien la piedad, la compasión brilla por su ausencia. Se me antoja comparar a Cèline con Dostoievsky: ambos critican con dureza, sim ambages, a la sociedad y a la época que les tocó vivir, pero las propuestas ideológicas de ambos son muy discutibles y dudosas. Y ambos fueron genios literarios. Eso sí, en la obra de Dostoievsky sí que hay atisbos de esperanza y piedad. En la obra de Cèline sólo se respira un cinismo desolador, cioranesco.

José Manuel Poveda