El Penthouse de Heriberto: La decencia: ". La decencia Primero, el artículo Moisés Naím en El País de ayer. Después, otras hierbas… . -o- MOISÉS NAÍM Intervención aliada en Lib..."
tras hierbas…
Cuando yo era niño en Camagüey, por allá por los años 50-60, y quizás todavía un poquito después, la decencia se aceptaba como carta de presentación que aseguraba el buen desenvolvimiento de las interrelaciones posteriores y a ella debidas. Luego, el mundo cambió bruscamente y “la condición de revolucionario” pasó a sustituir a la decencia y a cualquier otra cosa. No importa que fueras lo que fueras, o lo que hubieras sido, mientras te inventaras un buen curriculum “revolucionario” que impresionara lo suficiente como para que nadie metiera las narices en él (frase que en sí es una falacia, porque en ese cambio de nuestro pequeño gran mundo todos dejaron de tener derechos y era El Estado el que los acaparaba todos, hasta el día de hoy).
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