¿VUELVE LA COLETILLA?, EDITORIAL Nro. 79
Todo parece indicar que el ambiente político opositor anda revuelto. Las contradicciones y los dimes y diretes internos rebasan los límites de la corrección y en algunos casos, hasta los de la humana decencia. Todo parece indicar que nuestras figuras políticas, capaces de negociar hasta con el propio Diablo, son absolutamente incapaces de hacerlo con respeto, entre sí mismas.
Los mismos hábitos descalificadores que rechazamos de cuajo si vienen desde la orilla gubernamental, aparecen servidos por dedicados y veteranos oficiantes de luchas opositoras. Esta vuelta a sus orígenes castristas, trae de regreso viejos métodos y recetas aprendidas en relación con la prensa libre y la libertad de expresión. No terminan de adaptarse al diálogo y a la libre emisión de ideas. La mala noticia para estos oficiantes políticos, es que no volverá la coletilla. Tampoco la descalificación gratuita.
Desgraciadamente, no existe el deseo, la intención, ni es posible crear escuelas básicas de instrucción, de corrección democrática o de mera decencia humana. Esas asignaturas las aprenderán en la práctica o simplemente, tendrán que desaparecer de la escena política.
De grado o por fuerza, tendrán que aprender a convivir con la vocación democrática y el empeño del pensamiento político independiente emergente. Llegó el momento de asumir con amplitud de miras la visión plural de intelectuales, escritores, periodistas y de la amplia gama de gentes que con distinta coloratura aportan enfoques y valoraciones que enriquecen el acerbo y el horizonte de las potencialidades nacionales, en el terreno económico, político, social y cultural.
SDP, se niega a censurar o a corregir políticamente a organizaciones políticas reconocidas y hasta personas. Para nosotros, todas son dignas de respeto. Las que alcanzaron su reconocimiento en la arena internacional, y aquellas que lo hicieron dentro de los límites nacionales y no han alcanzado tal estatura.
Ninguna organización o pretendida figura política debe atribuirse la potestad de dictar políticas editoriales o pretender condicionar la libertad de expresión por la que se lucha con tanto denuedo. Si alguna entre estas organizaciones, no se comporta en la práctica con la decencia y la corrección adecuada, SDP la responsabiliza con las situaciones que de esto pudieran derivarse.
Ni delatores velados, ni caravanas de chismes en diplo peregrinación, ni campañas sucias modificarán la línea editorial de SDP. Informamos lo que ocurre con independencia de a quien le guste o no. En esto vemos el servicio público que nos toca prestar.
El fin no justifica los medios, pero los medios tipifican la naturaleza y la esencia de los actores y promotores políticos que de ellos se sirven.Semanario Digital PrimaveraUn esfuerzo informativo de la Asociación Pro Libertad de Prensa
2 comentarios:
Entiendo perfectamente el escrito, pero no encuentro a quien o quienes en particular esta dirigido. Sería bueno mencionar los nombres u organizaciones en cuestion. Algo tan generalizado se presta a confusión. Digo, creo yo.
Lo enlacé a mi blog
cariños querida chiquita cubana
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