viernes, marzo 28, 2025

Marco Rubio ya està metiendo la pata, o burlándose del Exilio de Cuba?!!

 



A ver ...Marco Rubio ya està metiendo la pata, o burlándose del Exilio de Cuba?!!
La noticia de ayer, que no compartí con detalles más precisos, es que el Departamento de Estado dirigido por el Secretario Marco Rubio, ha nominado como representante de los EEUU en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos... a Rosa María Paya, la hija de Oswaldo Paya. Y este regalito? Por?
Sí, es muy triste la pérdida de esta mujer cuando mataron a su padre, Pero acaso un puesto es una Medalla? Acaso no hay muchos hijos de fusilados, y asesinados, destruidos, por Prisión Política aquí??? Acaso es esa la base para un puesto político hoy en día???
No.
Está tan erróneo como poner a personas de raza negra, u origen latino, o gay, en un puesto específico solo por "inclusión" (?)
Y el mérito? La honestidad? Dónde quedan?
Esperemos que dentro de unos años no salga a la luz otro escándalo como estos fraudes de DOGE ahora, Pero en las filas contrarias al Demócrata de izquierda!
El amiguismo, la "palanca" y toda esa basura... No deben tener cabida cuando de posiciones políticas se trata.
Qué le pasa al Secretario? Cuál es su bobería con Rosa M. Paya? No sabe de los malísimos resultados de sus acciones "políticas"??
Le puede costar caro a el, políticamente.
Para empezar: perderá el voto de muchos, necesario para un día intentar ser Presidente, el mío ya de nuevo lo perdió!! El es muy débil... Manipulable. No gracias.
En esto no tuvo un razonamiento objetivo.
No sabe o no pregunta!?
Con la cantidad de asesores que hay!!
O que venga y converse con los exiliados históricos!!! Está desconectado? Ufgh.




miércoles, marzo 26, 2025

El señorito socialista llamado Enrisco colgó en su muro un screenshot

 

Amados,
Es patético, pero con estilo: la izquierda democrática anticastrista —es decir, rara especie de cubanos neoyorquinos que desprecian a Trump con más fervor que al castrismo— ahora clama, con voz trémula y mirada al frente, que por favor les devuelvan las transmisiones de Martí Noticias. Estos seres se replican en cadena como loros, incapaces de mover un dedo si no es en grupo.
Y lo mejor del caso es que uno se pregunta si realmente creen en Martí Noticias, o si simplemente lo hacen por llevarle la contraria al "autoritario" Trump, aunque eso implique abrazar al perro más pulgoso y hediondo que hayan visto jamás. Total, si es por oponerse al "naranja", cualquier peste se vuelve perfume.
El señorito colgó en su muro un screenshot de un post que subí hace una semana, donde se enumera una lista de posibles deportados (la lista ha aumentado y seguirá en crecimiento). Y ahí, la avalancha en cadena de la izquierda anticastrista respondiendo. Mira que el Ciclón es propaganda pura, na’ más.

Enrique del Risco Arrocha

martes, marzo 25, 2025

La sombra del lenguaje del G2 cubano nos persigue

 


Amados,
La sombra del lenguaje del G2 cubano nos persigue...
Si algo no ha faltado nunca en la historia de los cubanos —dentro o fuera de la isla— es el teatro. Hubo, hay y seguirá habiendo un Cabildo escénico, en cuyas bambalinas se mueven silenciosos apuntadores ideológicos, directores de escena disfrazados de jueces morales, y actores principales que nunca abandonan del todo su papel. El G2, por supuesto, continúa dirigiendo la función con mano invisible, modulando el ritmo, determinando los gestos, marcando los silencios.
Lo que resulta más inquietante, sin embargo, no es la persistencia del aparato, sino su capacidad de penetración simbólica: su discurso se ha trasvasado al exilio, como si la distancia geográfica no significara una verdadera ruptura. En nombre de la patria ultrajada, de la libertad o de la causa, muchos de los que huyeron terminan repitiendo, palabra por palabra, la retórica de quienes los persiguieron. Acusan con fervor, denuncian con sospecha, excluyen con idéntica intensidad: “traidor”, “vendepatria”, “agente infiltrado”. Es la gramática del miedo trasladada de escenario, pero no de intención.
Quien observa desde la atalaya del archivo —porque toda revolución es también una cuestión de archivos— entiende que este fenómeno no responde a simples contradicciones personales, sino a una estructura mental profundamente condicionada. El que se quedó en la isla construyó su identidad sobre la necesidad de pertenecer. El que se marchó, muchas veces, no ha sabido liberarse de las coordenadas simbólicas del enemigo. En ambos casos, el discurso del G2 sobrevive como una lógica de clasificación moral: “estás conmigo o estás contra mí”.
Desde una lectura antropológica —que rara vez se permite en medio del fragor mediático— esta deriva revela un patrón tribal que la Revolución ha sublimado como ética. El revolucionario no se define por lo que propone, sino por a quién excluye. El exilio, en lugar de subvertir esa lógica, muchas veces la perpetúa. En nombre de la libertad, se juzga al disidente del disenso; en nombre del derecho a la crítica, se condena toda crítica que no venga del propio clan.
Y aquí surge la paradoja: quienes denuncian el G2 por haber controlado vidas, pensamientos, amistades y destinos, repiten sus métodos de clasificación moral. La acusación se ha convertido en un espejo, y ese espejo devuelve una imagen inquietante: el exilio replicando los códigos del censor. La culpa se desplaza, la responsabilidad se difumina, pero la violencia simbólica permanece intacta. No hemos desmontado el aparato; lo hemos introyectado.
¿La solución? Tal vez no haya una clara, pero al menos puede haber una toma de conciencia: el lenguaje que utilizamos no es inocente. Y cuando ese lenguaje es el mismo que se usó para encarcelar, dividir y callar, estamos, sin saberlo o sabiéndolo, prolongando la obra que fingimos haber abandonado. La escenografía ha cambiado, pero el libreto sigue siendo el mismo.
Y si quedaba alguna duda de que el guion del G2 se ha vuelto ubicuo, basta con asomarse a las riñas ideológicas de los cubanos en el exilio —trumpistas contra bidenistas— donde cada bando acusa al otro con idéntico repertorio: “tú estás con los comunistas”, “tú eres el verdadero agente”, “tú traicionaste a la causa”.
No importa quién gane la presidencia, el G2 ya ganó la disputa simbólica: ha logrado que nos vigilemos, que nos señalemos, que nos devoremos entre nosotros con las mismas palabras con las que una vez se justificaron delaciones, cárceles y silencios.

El viejo y la empatía

 


El viejo y la empatía
Fue un ídolo. Así, sin modestia. Ídolo de multitudes, líder de la FEU, militante ejemplar del PCC, gestor cultural , editor y defensor vociferante del pueblo (cuando le convenía, claro). Fue tantas cosas que se olvidó de ser alguien. Y en todo eso, la empatía... bueno, digamos que no era parte del manual revolucionario. Tempora mutantur, et nos mutamur in illis, el mundo cambió. Él también. O al menos eso dice, ahora que tiene tiempo para pensar.
¿Quién necesita empatía cuando se está en la cúspide de los ideales, cuando se habla desde podios y con voz grave sobre el destino del pueblo? La dignidad de algunos fue el precio del progreso de muchos. Y él pagó con gusto, como buen soldado de la utopía. Ducunt volentem fata, nolentem trahunt... y él fue, voluntario, al galope, convencido de que la historia lo absolvería.
Ahora es un viejo. No viejo cualquiera: un viejo con títulos, con entrevistas, libros, novelas, cuentos que nadie lee, con un archivo de sí mismo que se descompone en las estanterías de alguna casa cerrada. Un viejo que escribe narraciones —nombre elegante para lo que antes fue palabra sagrada— y que observa, entre resignado y divertido, cómo se le cae el techo encima, tempus fugit. A veces cree que piensa, pero sospecha que solo repite fragmentos de sí mismo.
Los ideales siguen ahí, pero se han puesto incómodos, como trajes de juventud. Él los observa, se los prueba en silencio, pero ya no le quedan. Como ex ídolo, contempla su propio desmoche sin drama, como quien ve podar un árbol que alguna vez dio sombra... y fruta para otros.
Quod erat demonstrandum, el final no sorprendió a nadie, salvo a él mismo. Moraleja: si ve la barba de su vecino arder, eche agua. O mejor, rásurese a tiempo. Porque el fuego no pide permiso y, créame, la gloria arde igual que la culpa.

lunes, marzo 24, 2025

La mentira y la propaganda socialista woke debe ser castigada y expulsada de las instituciones norteamericanas, y sobre todo del sistema de educación.

 



La mentira y la propaganda socialista woke debe ser castigada y expulsada de las instituciones norteamericanas, y sobre todo del sistema de educación.
Aquí tenemos al profesor Ted Henken de una universidad norteamericana en New York, usando su libre albedrío para mentir y esparcir la propaganda del partido demócrata, un partido radicalizado hacia la extrema izquierda, con clara postura antitrump, siendo parte de la maquinaria del globalismo socialista woke, adoctrinando a sus propios estudiantes con la mentira flagrante de que Donald Trump es un dictador equiparable con el asesino Fidel Castro y su totalitarismo criminal.
Por suerte, también tenemos la contraparte al engaño de estos propagandistas de la pedagogía neomarxista, al Senador republicano, cubano americano, Ted Cruz, que ha escrito un libro, titulado "UNWOKE" donde muestra como esta ideología neomarxista woke ha ido penetrando y socavando casi todas las instituciones norteamericanas con sus mentiras, su racismo, su intolerancia, su visión violenta, socialista, anticientífica y anticristiana.
Ojalá despidan lo antes posible a profesores como Ted que mienten y manipulan, porque:
Quien compara a un tirano asesino con un presidente tres veces electo democráticamente, (la última elección de manera aplastante contra el depravado globalismo socialista woke del corrupto y bipartidista deep state norteamericano), que no ha asesinado ni encarcelado a ningún oponente político ni a ningún periodista, que no ha cerrado ningún medio de prensa, ni ha torcido la ley a su favor, ni ha cambiado la constitución, quien compara a Fidel Castro con Domald J. Trump para igualarlos, solo deja muy claro su odio, su mala fe y su ignorancia.