miércoles, agosto 28, 2024

Winston Churchill sobre el comunismo

 


𝗖𝘂𝗯𝗮 𝗰𝗼𝗻 𝗛 𝗱𝗲 𝗢𝗿𝘁𝗼𝗴𝗿𝗮𝗳𝗶́𝗮
Winston Churchill sobre el comunismo: «No odio a los comunistas por su tonto sistema económico y su absurda doctrina de una igualdad imposible. Los odio por el terrorismo sangriento y devastador que practican en cada tierra que arruinan, solo mediante el cual puede mantenerse su régimen criminal».

Lo vio venir

 


"Quien ha manipulado a las masas es un nuevo poder que me resulta difícil definir; aun así, estoy seguro de que es el más violento y totalitario que haya existido: cambia la naturaleza de la gente, entra hasta lo más profundo de las conciencias".

Lo vio venir antes.

sociolismo


 Ronald Reagan

ALLOWED into America by the FAILURE of intelligence agencies, CBP, DHS, US Embassy in Havana, are Cuban intelligence agents, communist party members, repressors, “academics”, sons and daughters of ministers. We need results not endless condemnation politicians that lead nowhere.

martes, agosto 27, 2024

penumbras


 

la Diosa de Cuba y de La papaya en Miami reacciona a la AUTODENOMINADA PRINCESA del clitoris en la Ciudad del sol.



 la autoproclamada PRINCESA de Miami debe enfrentarse al reto de





 LA DIOSA DE MIAMI Y CUBA/
Dianelys Alfonso Cartaya (25 de diciembre de 1980, San José de las Lajas, Mayabeque), conocida en el mundo de la farándula como La Diosa de Cuba, es una cantante y compositora cubana de salsa, reguetón y otros géneros como la balada.





Internacionalismo cubano


 

Legna es la madre biológica de la literatura cubana, sin abuela, bisabuela ni tatarabuela.

 


 
Legna es la madre biológica de la literatura cubana, sin abuela, bisabuela ni tatarabuela. De hecho, ni siquiera tiene un archivo de recuerdos o un simple origen para mostrar. Es la mamá universal de la literatura, como la figura mítica que nos promete todo sin tener nada realmente a la mano. Es una escritora no-escritora tan prodigiosa como la década prodigiosa de la música de los años 60, pero sin la nostalgia de un vinilo arrugado.
De Legna brota una literatura homeopática: primero inyecta el veneno literario y luego espera que cure la enfermedad de la literatura cubana. Todo lo que Legna escribe nace primero de sus entrañas; luego hace arqueología en los conductos sanguíneos, secciona músculos y se aventura hasta los huesos. ¡Atención! Legna puede escribir un poema sobre el fémur o una crónica sobre el esternocleidomastoideo. Qué inspiración tan... ósea.
En su búsqueda de placer, Legna se desenvuelve en ensayos sobre los órganos sexuales, especialmente sobre el "bollo" y el clítoris. Pero no se queda ahí; la reseña del autor Lage sugiere que también podría cambiar el sexo, género y convertir la literatura en el padre biológico de la princesa de Miami. La escritura de Legna es tan radical que el pragmatismo norteamericano parece una broma de mal gusto a su lado.
Llegará un momento en que la marea de Legna arrastrará un cadáver en estado de putrefacción hacia el salitre, y de esa descomposición surgirá una sílaba, tal vez dos, o quién sabe, una oración completa. El cuerpo tatuado de Legna es como un templo japonés lleno de signos caligráficos japoneses. Ella ha escrito su propio cuerpo, tiene un mapa y un territorio por explorar; es la madre biológica de la literatura cubana, ha parido algunos cachorros, y esos cachorros y cachorras van a parir otros cachorros. Ha diseñado los ovarios en su cuerpo por donde nace la literatura cubana.
Es una tendencia literaria que se repite, como la frase de un libro: La isla que se repite en el cuerpo de Legna.
"In principio erat Legna, et Legna erat verbum".


lunes, agosto 26, 2024

y tuve que agradecer

 


𝗖𝘂𝗯𝗮 𝗰𝗼𝗻 𝗛 𝗱𝗲 𝗢𝗿𝘁𝗼𝗴𝗿𝗮𝗳𝗶́𝗮
Tuve una sola muda de ropa. Tuve zapatos rotos con el dedo gordo casi afuera. Tuve mañanas sin desayuno y tardes sin comida. Tuve que evitar las visitas de mis amiguitos porque me daba pena que vieran en qué condiciones vivía. Tuve que bañarme encima de una piedra con heces fecales y roedores a mi alrededor. Tuve que dormir apretado contra una esquina para esquivar las goteras del techo que se filtraba. Tuve que ver cómo a mi padre se le jodía la columna rompiendo tantas veces el frente de mi cuartucho para destupir la fosa que pasaba por debajo. Tuve que padecer la tristeza de mi madre sin cabello y con sabor metálico en la boca por los sueros citostáticos que combatieron su cáncer de mama. Mientras todo esto me pasaba, también tuve que gritar «¡Pioneros por el comunismo, seremos como el Che!», tuve que responder las preguntas de las pruebas de Historia con mentiras sobre la revolución cubana y con más mentiras sobre Fidel Castro. Dejé de tener tantas cosas, pero nunca me faltaron los discursos, las muelas políticas, el adoctrinamiento, el chantaje académico y el empuje a que agradeciera todo, que era nada. Cuando tenía hambre, no podía comer. Cuando mis amiguitos tenían hambre, esperaban el primer cumpleaños que hubiera cerca para llevarse todas las cajitas posibles para ellos y sus madres. Cuando caía la tarde y la noche se acercaba, mi barrio se volvía una zona violenta, con tiros, machetes, botellas lanzadas, putas, chulos y drogas. Pero me decían que vivía en el país más seguro del mundo. Cuando se prendía el televisor, que demoraba más de 45 minutos en calentarse y mostrar imágenes en blanco, negro y gris, solo había muñequitos rusos, películas rusas y programas políticos, o series y novelas que se habían estrenado cinco siglos antes. Pero me decían que yo vivía en el pueblo más educado y culto del mundo. Me quedé esperando el ataque nuclear de los americanos y el vasito de leche prometido por Raúl Castro. Me quedé esperando a que terminaran de construir el socialismo y a que la gente del otro lado del Muro de Berlín invadiera Cuba para enseñarles mi solar y mi cama con colchón podrido y un ladrillo como pata para sostenerla. Me quedé esperando por el próximo año, cuando me prometían que todo iba a estar mejor. Me quedé esperando por las «manchas» en el expediente, que iban a ser tan grandes que yo no podría llegar a la universidad y estudiar. Me quedé esperando por una explicación convincente de que por qué José Martí fue el autor intelectual del ataque, hoy considerado terrorista, a una instalación militar en Santiago de Cuba. Y mientras yo esperaba por estas y otras muchísimas cosas, hubo niños, como yo, que repetían mi ciclo de vida una y otra vez. Que tenían una sola muda de ropa, un solo par de zapatos rotos, mañanas sin desayuno y tardes sin comida. Sin embargo, a pesar de esas carencias, a ellos tampoco les faltaron los discursos, las muelas políticas, el adoctrinamiento, el chantaje académico y el empuje a que agradecieran todo, que era nada.