Por ED
La activista cubana perseguida por el régimen, que antes del 2020 y por allá por el 2013, solo era conocida en los círculos de la farándula por su "relación" con Francisco de Borja Morate Martín, diplomático consejero de la embajada de España en La Habana, y que estuvo involucrado en el tema Payá representando a la embajada española; la activista que no hizo activismo hasta durante la pandemia cuando "decidió" regresar a #Cuba en medio de esta, porque hasta ese momento no había hecho NADA, bueno sí, Francisco la llevó a estudiar a España donde se asentó y trabajó en varios museos de renombre, incluyendo El Prado. Échenle un ojo a las fechas de su perfil en LinkedIn aquí abajo para que tu cabeza comience a sacar cuentas. Sí, la historia de sus 8 meses en prisión domiciliaria en Cuba es muy conmovedora, incluso tanto como ella con su verbo, pero incluso si no fuese fabricada, no le llega ni a los tobillos a las miles de mujeres que a lo largo de 65 años han sufrido cárcel y represión real. No obstante, ella es la escogida por las organizaciones cómplices históricas de la debacle en Cuba.
Su explosión como activista, y su llegada a la cima con la ayuda de organizaciones cómplices de la Tiranía Socialista, es tan evidente que cualquiera con conocimientos básicos de matemática, sería capaz de encontrarle sentido.
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