LAS COSAS NO ESTAN BIEN MAQUILLADAS

Hay que decir que Cristina Fernández de Kirchner, no tiene la menor idea de lo que pasa en Cuba y el mundo. En lugar de recibir al primer presidente
“negroclaritomangón” de los Estados Unidos, donde estaba todo el que tiene un puesto, además de todo el que vivía en los alrededores, se fue a la casa de los trastos.

Encerrado con los cachivaches que no tienen ninguna función, rotas y destartaladas cosas, acumuladas durante medio siglo, en la penumbra, y dado el caos y los mareos del dictador, se le aplicó el maquillaje, sin especialista, ni productos de calidad. El resultado no es bueno.

A la Kirchner , de tiempo en tiempo, los agricultores de su país le llenan de humo las carreteras, y pensó que llevar una foto, (“de estas”, la haría pasar por “buena”-cuento diabólico que recorrió la América latina en los sesenta, pero mucho, mucho ha llovido sobre el mito y desde entonces-). Se nota que tampoco sabe “maquillarse”.

Frente a la gravedad de esta afrenta-no se le encuentra razón, causa, lógica, sentido común, habilidad histórica-, nos llega la protesta de Paris Hilton, esa si que se aparece en la mejor fiesta, se despelota y sale en la Tv y en la foto para la historia.



Vivos consejos ha trasmitido la rubia en materia de vestimenta, maquillaje, y lugar ideal para presentarte, a estas dos señoras que en La Habana, se daban la mano enmascaradas. Ademas de regalar por pura caridad, un cofre de maquillaje al moribundo con la tarjeta que les presentamos.



El ex de casi todas las cosas insoportables, con el instinto que poseen algunos ancianos para hacerse perdonar, y con tremenda falta de afección dijo:

"Recibo información y medito sosegadamente sobre los acontecimientos. Espero no disfrutar de tal privilegio dentro de cuatro años, cuando el período presidencial de Obama haya concluido… Estoy bien, pero nadie debe sentirse comprometido por mi gravedad o mi muerte-.

No porque haya prolongado la agonía, le hemos perdonado, pero estamos de acuerdo, aunque le parta un rayo que enviemos telepáticamente, jamas nos sentiremos comprometidos con su persona.

En horas de la tarde, después de la foto, de guardar en sus "cositas" las cremas de belleza, Fidel Castro regresó a su cuarto de desahogo, donde espera que alguien se acuerde de asearle, y de traerle un pedazo de pan.



Que no tienen suerte los Hp, caray.