En las paredes de mi hotel están todos los símbolos
que se venden en la Gran Vía,
solo que muertos.
A pesar de los cadáveres,
la habitación huele a chicle de fresa,
no tiene puertas,
sino cortinas de anillas.
Tienen un baño portátil en el recibidor,
junto a una nevera con 100 cervezas.
El hotel se llama Coronita Save the Beach.
Sólo las sábanas son nuevas.
La alfombra está hecha jirones, el espejo roto.
En un rincón hay un gnomo de jardín todo sucio.
Fuera, la gente mira desde el otro lado de la valla.
Como en un zoo.
Encontrarás todas las respuestas a las preguntas
que me puedas hacer
quedándote a dormir en mi hotel.
POEMA confeccionado por la autora de este blog,bajo el seudo de La costurera de Malasaña, con fragmentos encontrados en la Plaza Callao,
una noche de hotel con 12 toneladas de residuos de playa.