Como te gusta traducir las intenciones de quienes estamos lejos, te propongo un juego simple: haz una cajita sencilla con una ranura. Para los que aprendimos a votar se llama
URNA.Como estás tan seguro que siempre ganas con asalariados bajo un patrón único o con regalitos a quienes escriben lo que te conviene, deja entrar a los que obligas a pagar un pasaporte cubano, a precio de filete de nalga; deja entrar a quienes lo deseen y hayan nacido en la isla.
Oblígalos a un arancel, cada uno debe aportar dos o tres urnas selladas, en cristal, pide que sean electrónicas- son las más caras y así le darás un tremendo escache a la disidencia.
Pon en las boletas “
Que se vayan” o “
Que se queden”…-esto para empezar- con amnistía de prisioneros y delante de una Comisión representativa de cubanos de todo el mundo: no olvides que llegarán hasta de la Conchinchina.
Ninguna injerencia, eso si, si algunos países quieren observar y hacer videitos – es la moda- serán invitados, por aquel vicio cubano de terminar las cosas en San Nicolás del Peladero.
El planeta mirará a la isla, será primera plana en los periódicos del universo… vamos a ver quién gana… para ti, como para mí será una sorpresa: los de acá nos ocuparemos de la caldosa y del concierto. No pagarás nada, si siquiera el viaje sin regreso.
Inténtalo, ya que te vanaglorias de cantar sobre muertos y mujeres golpeadas; toca madera- la de la urna-y respóndeme, me llamo chiquita mala. A los pejes y tiburones que controlan y manipulan todo esto,- allá y acá- les dejo la carnada- quizas se asesinen algunos y mueran del corazón muchos viejos que detestas- No te quedes en lo virtual, juguemos de verdad y a gran escala.
Que comience la partida. CAMBIO.