El hombre que no quería caer en la isla, a muchas millas, suspendido al gajo, desde hace años no pone pie a tierra y se agarra como puede a la hoja, al fino tallo que puede quebrar y arrastrarle al sueño o a la pesadilla.
El hombre que no quería seguir en la isla, suspendido al gajo, desde hace años no pone pie a tierra y se agarra como puede a la hoja, al fino tallo que puede quebrar y arrastrarle al sueño o a la pesadilla.
Abajo , en la tierra rojiza, lo que se ha dado o quitado al humano.