el cazador de gusanos nació con esa inclinación. En casa, cuando el padre preguntaba quién se comió las papas, él señalaba al hermano; en la escuela, bien acompañado por maestras completamente aburridas del programa se sentaba en la segunda o tercera fila- nunca alcanzó la primera pues para eso se necesita mucha inspiración - y desde ahí observaba al que conversaba o tiraba la tiza…y así creció delatando, echando “palante” sin que pudiera ser primero en la casa, en la escuela, en el trabajo, y mucho menos en el afecto.
De nada le sirvieron años y años cazando gusanos, un día se largó al exilio- no se sabe si por embullo, la pacotilla o la comida- y se hizo el vacío a su alrededor, seguía siendo el pesado, que no atrapaba gusanos convertidos en mariposas y el mal, que ya había atacado su medula, se convirtió en arte secreto: perseguir, humillar y destripar al gusano, porque su profunda desolación es no saber como han hecho los otros para vivir sin dañar al vecino.
Hoy los vemos, "Ano y sus maravillas"- ex cubanos en otras junglas- a la caza de mariposas, al menos, si les cortan las alas y le meten un alfiler, recordarán los viejos tiempos ….