Tienes razon Marga; hace falta un esfuerzo coordinado con acciones coordinadas,no es ir por ir, pero tambien es ir dispuesto a enfrentar las consecuencias de nuestros actos, lo que tambien sé, es que los de adentro no van a empezar si no los empujamos...
que bellas son tus graficas, realmente merecen que alguien haga un buen articulo de esos agrupando tu trabajo de imagenes que es buenisimo y marca en esta epoca.
Las tuyas y las de Willy Trapriche, a él ya le hicieron uno que merece pues tambien es lo mejorcito- me encantan. Ustedes son distintos pero todos los dias se ponen pa esta cosa y sacan imagenes para pensar.
Debian sacar un libro con todo eso.
Muy buenas la verdad. Felicidades por lo que a mi me cambian.
La respuesta de la dictadura, como siempre, ha sido silenciar las informaciones.
La única manera de reventar la consigna de silencio acerca de lo que en Cuba pasa es aprovechar los canales que Internet pone a nuestra disposición, para hacer llegar las noticias al máximo número de personas posible.
Por eso, os recuerdo a todos que es importante que inviteis a vuestras amistades a participar en esta causa.
Tenemos que llegar a ser muchos más si queremos romper algun día el bloqueo informativo.
Anonimo de las 2:36 PM estoy TOTALMENTE DE ACUERDO, hay que dejar de limitar el copia y pega a los articulos de Yoani, tambien esta Claudia, Lia y todos los de aqui afuera, que cuando ponen una buena piedra, es un traspies para los Castro.
Y hablo de Chiquita, de las graficas de Willy, hay material para una buena revista, lo que no tengo es dinero, pues los que lo tengan que sdediquen una cantidad a esta causa.
La fallida Encuentro no es el arma fatal para el exilio, hagamos una revista CAMBIO!!!
Estoy por un canal informativo abierto, donde todos valen, donde prima la calidad de la informacion, lo que sentimos dentro como afuera, y que llegue a todos lados.
Vamos a empezar por dejarnos de santas, santos y engreidos y apapuchados, demos libertad a la palabra contra Castro. Textos e imagenes...ambos, en español, ingles y frances..
oyer, chiquita, no se como le haces pero la pones; na, no es cierto, yo si se como le haces: haces exactamente lo que quieres y por eso eres tan efectiva. Pues bien, saliendo de aqui, me topo con El fogonero emergente, y me topo con un grandisimo cambio. Por cada trapo sucio, dos manitos de fa'. El fogonero contrarresto los metodos sucios con la limpieza sobre el Yoyi Arcos; !que bueno!, por cada chisme del pasado, una experiencia de reivindicacion. Ya sabemos, no consentir en las campanas de division y sospecha; todos los que han sobrevivido, ha sido porque se adaptaron, pero el mismo carcater los expone, y hay que rescatar esas cosas que los reivindican como gentes e individuos. Bravo por el fogonero, ojala y hagamos igual; vean el articulo del fogonero sobre Arcos, por favor, es genial y efectivo
mis tropas, guerrilleros de la ultima hora... la "OPERACION SPAM ANTICASTRISTA" puede contrarrestar y debilitar email a email todo el bombardeo politico y terror en la isla. Podriamos hacer rechinar los dientes de rabia hacia el tiburon decrepito con nuestros picantes blogs, haciendo retumbar las verdades e incluso motivar esa rebelion nacional necesaria. Alquien tiene idea de a cuantos podemos alcanzar en la Isla si enviamos nuestros emails a todos los dominios .cu ?!??!?!??!. Por favor, alguien a favor de hacer de esta idea un hecho???
El suplemento lleva por título general REIR EN CUBANO y saldrá en versión impresa y versión digital el próximo domingo 17 de mayo. Lo encabeza una necesaria introducción y varios trabajos de colaboradores:
1. Un pueblo que sabe reírse de si mismo (Jorge Ferrer) 2. Defensa (tardía) del choteo cubano (Enrique del Risco) 3. La risa en la sombra: la muerte del humor político en Cuba (Ramón Fernández Larrea) 4. Alvarez Guedes, el antropólogo mayor (Emilio Ichikawa) 5. Los inolvidables cómicos del cine republicano (Arturo Arias Polo) 6. ¿Quién se acuerda del Yo-Yo Místico? (Pedro García Albela) 7. "Que tiempos aquellos que ya pasaron..." (Emilio García Montiel)
La portada es de SANTANA, que además aportó varias ilustraciones para el interior del suplemento. Sobre la argumentación de este evento, Wilfredo Cancio ha escrito: "Alérgico al examen implacable de la risotada y la burla, el régimen de Fidel Castro comprendió muy pronto que su sobrevivencia dependía también de coartar el ejercicio del humor político y reducirlo a mera propaganda celebrativa. No sobrevivió Zig-Zag ni sobrevivieron tampoco los chistes más inofensivos que aludieran a los entresijos del poder. De ahí que a la altura de los años 80, era aún tema de discusión en selectos círculos de la dirigencia ideológica si se debía permitir que los medios de comunicación publicaran caricaturas del entonces enhiesto Comandante en Jefe." El suplemento aparecerá con motivo del 20 de mayo, otro aniversario de la República de Cuba.
VISTO QUIENES ESTARAN SERVIRA PARA CAGAR PUES NINGUNO DE LOS ASERES ES SIMPATICO NI A LA HORA DE TOMAR CERVEZA, JAJAJJAJA QUE IDEAS DE GRUPITO, JAJJAJA, DE PENSARLO ME CAIGO A CARCAJADAS!!!!!!
Ahora que quizás, en un año de calma, piense: la poesía me sirvió para esto: no pude ser feliz, ello me fue negado, pero escribí.
Escribí: fui la víctima de la mendicidad y el orgullo mezclados y ajusticié también a unos pocos lectores; tendía la mano en puertas que nunca, nunca he visto; una muchacha cayó, en otro mundo, a mis pies.
Pero escribí: tuve esta rara certeza, la ilusión de tener el mundo entre las manos -¡qué ilusión más perfecta! como un cristo barroco con toda su crueldad innecesaria-.
Escribí, mi escritura fue como la maleza de flores ácimas pero flores en fin, el pan de cada día de las tierras eriazas: una caparazón de espinas y raíces. De la vida tomé todas estas palabras como un niño oropel, guijarros junto al río: las cosas de una magia, perfectamente inútiles pero que siempre vuelven a renovar su encanto.
La especie de locura con que vuela un anciano detrás de las palomas imitándolas me fue dada en lugar de servir para algo. Me condené escribiendo a que todos dudaran de mi existencia real (días de mi escritura, solar del extranjero). Todos los que sirvieron y los que fueron servidos digo que pasarán porque escribí y hacerlo significa trabajar con la muerte codo a codo, robarle unos cuantos secretos.
En su origen el río es una veta de agua -allí, por un momento, siquiera, en esa altura- luego, al final, un mar que nadie ve de los que están braceándose la vida. Porque escribí fui un odio vergonzante, pero el mar forma parte de mi escritura misma: línea de la rompiente en que un verso se espuma yo puedo reiterar la poesía.
Estuve enfermo, sin lugar a dudas y no sólo de insomnio, también de ideas fijas que me hicieron leer con obscena atención a unos cuantos psicólogos, pero escribí y el crimen fue menor, lo pagué verso a verso hasta escribirlo,
porque de la palabra que se ajusta al abismo surge un poco de oscura inteligencia y a esa luz muchos monstruos no son ajusticiados.
Porque escribí no estuve en casa del verdugo ni me dejé llevar por el amor a Dios ni acepté que los hombres fueran dioses ni me hice desear como escribiente ni la pobreza me pareció atroz ni el poder una cosa deseable ni me lavé ni me ensucié las manos ni fueron vírgenes mis mejores amigas ni tuve como amigo a un fariseo ni a pesar de la cólera quise desbaratar a mi enemigo.
Pero escribí y me muero por mi cuenta, porque escribí porque escribí estoy vivo.
Cuando pones la proa visionaria hacia una estrella y tiendes el ala hacia tal excelsitud inasible, afanoso de perfección y rebelde a la mediocridad, llevas en ti el resorte misterioso de un Ideal. Es ascua sagrada, capaz de templarte para grandes acciones. Custódiala; si la dejas apagar no se reenciende jamás. Y si ella muere en ti, quedas inerte: fría bazofia humana. Sólo vives por esa partícula de ensueño que te sobrepone a lo real. Ella es el lis de tu blasón, el penacho de tu temperamento. Innumerables signos la revelan: cuando se te anuda la garganta al recordar la cicuta impuesta a Sócrates, la cruz izada para Cristo y la hoguera encendida a Bruno; cuando te abstraes en lo infinito leyendo un diálogo de Platón, un ensayo de Montaigne o un discurso de Helvecio; cuando el corazón se te estremece pensando en la desigual fortuna de esas pasiones en que fuiste, alternativamente, el Romeo de tal Julieta y el Werther de tal Carlota; cuando tus sienes se hielan de emoción al declamar una estrofa de Musset que rima acorde con tu sentir; y cuando, en suma, admiras la mente preclara de los genios, la sublime virtud de los santos, la magna gesta de los héroes, inclinándote con igual veneración ante los creadores de Verdad o de Belleza.
Todos no se extasían, como tú, ante un crepúsculo, no sueñan frente a una aurora o cimbran en una tempestad; ni gustan de pasear con Dante, reír con Moliére, temblar con Shakespeare, crujir con Wagner; ni enmudecer ante el David, la Cena o el Partenón. Es de pocos esa inquietud de perseguir ávidamente alguna quimera, venerando a filósofos, artistas y pensadores que fundieron en síntesis supremas sus visiones del ser y de la eternidad, volando más allá de lo real. Los seres de tu estirpe, cuya imaginación se puebla de ideales y cuyo sentimiento polariza hacia ellos la personalidad entera, forman raza aparte en la humanidad: son idealistas.
Definiendo su propia emoción, podría decir quien se sintiera poeta: el Ideal es un gesto del espíritu hacia alguna perfección.
«...Hace del destino un asunto humano, que debe ser arreglado entre los hombres. Toda la alegría silenciosa de Sísifo consiste en eso. Su destino le pertenece. Su roca es su cosa. Del mismo modo el hombre absurdo, cuando contempla su tormento, hace callar a todos los ídolos. En el universo vuelto de pronto a su silencio se alzan las mil vocecitas maravillosas de la tierra. Llamamientos inconscientes y secretos, invitaciones de todos los rostros constituyen el reverso necesario y el premio de la victoria. No hay sol sin sombra y es necesario conocer la noche. El hombre absurdo dice que sí y su esfuerzo no terminará nunca. Si hay un destino personal, no hay un destino superior, o, por lo menos no hay más que uno al que juzga fatal y despreciable. Por lo demás, sabe que es dueño de sus días. En ese instante sutil en que el hombre vuelve sobre su vida, como Sísifo vuelve hacia su roca, en ese ligero giro, contempla esa serie de actos desvinculados que se convierten en su destino, creado por el, unido bajo la mirada de su memoria y pronto sellado por su muerte. Así, persuadido del origen enteramente humano de todo lo que es humano, ciego que desea ver y que sabe que la noche no tiene fin, está siempre en marcha. La roca sigue rodando. Dejo a Sísifo al pie de la montaña. Se vuelve a encontrar siempre su carga. Pero Sísifo enseña la fidelidad superior que niega a los dioses y levanta las rocas. El también juzga que todo está bien. Este universo en adelante sin amo no le parece estéril ni fútil. Cada uno de los granos de esta piedra, cada trozo mineral de esta montaña llena de oscuridad forma por sí solo un mundo. El esfuerzo mismo para llegar a las cimas basta para llenar un corazón de hombre. Hay que imaginarse a Sísifo dichoso...»
«Érase una vez un individuo, de nombre Harry, llamado el lobo estepario. Andaba en dos pies, llevaba vestidos y era un hombre, pero en el fondo era, en verdad, un lobo estepario. Había aprendido mucho de lo que las personas con buen entendimiento pueden aprender, y era un hombre bastante inteligente. Pero lo que no había aprendido era una cosa: a estar satisfecho de sí mismo y de su vida. Esto no pudo conseguirlo. Acaso ello proviniera de que en el fondo de su corazón sabía (o creía saber) en todo momento que no era realmente un ser humano, sino un lobo de la estepa. Que discutan los inteligentes acerca de si era en realidad un lobo, si en alguna ocasión, acaso antes de su nacimiento ya, había sido convertido por arte de encantamiento de lobo en hombre, o si había nacido desde luego hombre, pero dotado del alma de un lobo estepario y poseído o dominado por ella, o por último, si esta creencia de ser un lobo no era más que un producto de su imaginación o de un estado patológico. No dejaría de ser posible, por ejemplo, que este hombre, en su niñez, hubiera sido acaso fiero e indómito y desordenado, que sus educadores hubiesen tratado de matar en él a la bestia y precisamente por eso hubieran hecho arraigar en su imaginación la idea de que, en efecto, era realmente una bestia, cubierta sólo de una tenue funda de educación y sentido humano. Mucho e interesante podría decirse de esto y hasta escribir libros sobre el particular; pero con ello no se prestaría servicio alguno al lobo estepario, pues para él era completamente indiferente que el lobo se hubiera introducido en su persona por arte de magia o a fuerza de golpes, o que se tratara sólo de una fantasía de su espíritu. Lo que los demás pudieran pensar de todo esto, y hasta lo que él mismo de ello pensara, no tenía valor para el propio interesado, no conseguiría de ningún modo ahuyentar al lobo de su persona.
El lobo estepario tenía, por consiguiente, dos naturalezas, una humana y otra lobuna; ése era su sino. Y puede ser también que este sino no sea tan singular y raro. Se han visto ya muchos hombres que dentro de sí tenían no poco de perro, de zorro, de pez o de serpiente, sin que por eso hubiesen tenido mayores dificultades en la vida. En esta clase de personas vivían el hombre y el zorro, o el hombre y el pez, el uno junto al otro, y ninguno de los dos hacía daño a su compañero, es más, se ayudaban mutuamente, y en muchos hombres que han hecho buena carrera y son envidiados, fue más el zorro o el mono que el hombre quien hizo su fortuna. Esto lo sabe todo el mundo. En Harry, por el contrario, era otra cosa; en él no corrían el hombre y el lobo paralelamente, y mucho menos se prestaban mutua ayuda, sino que estaban en odio constante y mortal, y cada uno vivía exclusivamente para martirio del otro, y cuando dos son enemigos mortales y están dentro de una misma sangre y de una misma alma, entonces resulta una vida imposible. Pero en fin, cada uno tiene su suerte, y fácil no es ninguna...»
«Tus ojos son los ojos fijos del tigre y un minuto Después son los ojos húmedos del perro. Patria de sangre, única tierra que conozco y me conoce, única patria en la que creo, única puerta al infinito.» Octavio Paz
para Alexis Romay, pero que le va muy buen a muchos de los que aqui encuentro...
Bro,
Entre el castrismo anticastrista (pinochetista, neobastitiano, neomachadista, etc.) y el castrismo procastrista (estalinista, maoísta, chavista, etc.) empieza a surgir un anticastrismo democrático y humanista. Gente joven que defiende con elegancia y tranquilidad sus posiciones, personas que resaltan por su renuencia a ser parte de cualquier forma de pandillerismo intelectual y que se niegan, tanto como le es posible, a los delirios protagónicos, al trasiego patriótico de sus frustraciones personales, a las paranoias desmedidas, y a la venganza disfrazada de justicia. Tú eres uno de ellos. Cuídate. Tú eres uno de esos pocos que el castrismo no pudo moldear, con sus golpes, a su imagen y semejanza.
Eduardo Galeano En la reciente Cumbre de las Américas el presidente venezolano, Hugo Chávez, entregó al mandatario norteamericano, Barack Obama, un ejemplar del libro /Las venas abiertas de América Latina/, escrito por Eduardo Galeano en 1971.
Obama, como es su costumbre, lo recibió con una amplia sonrisa, que más bien habla de su educación, cordialidad y espíritu de recomponer las relaciones con el subcontinente, pero también de su desconocimiento de lo que estaba recibiendo, un producto altamente tóxico.
El libro de Galeano es uno de los que más daño han hecho a nuestro continente. Su argumentación elemental sostiene que somos pobres porque los otros son ricos. El clásico discurso del imperio que succiona la sangre de las venas de su víctima hasta acabar con ella. Un decálogo revolucionario antiimperialista que culpa de nuestro atraso primero a los españoles, luego a los ingleses y, desde el siglo pasado, a Estados Unidos. De haber sido escrito en el siglo XXI, seguramente culparía a Coca-Cola, Google, Amazon, Starbucks, McDonald's y alguna otra transnacional de las que /nos roban/.
Galeano resume los agravios sufridos por los latinoamericanos y los victimiza; además, transmite su odio visceral a cualquier cosa que huela a democracia y mercado: en definitiva, a la libertad, para retorcerse en el igualitarismo estrecho de mente que impide el desarrollo.
En lo sucesivo, Obama tendrá que andar con más cuidado a la hora de recibir panfletos de esta guisa. Hay muchísimos: desde /La historia me absolverá/, de Fidel Castro, y /La guerra de guerrillas/, de Ernesto /Che/ Guevara, a /¿Revolución dentro de la revolución?/, de Regis Debray, pasando por /Dependencia y desarrollo en América Latina/, de Fernando Cardoso y Enzo Faletto; /Hacia una teología de la liberación/, de Gustavo Gutiérrez, o /Para leer al Pato Donald/, de Ariel Dorfman y Armand Mattelart, incubado en universidades norteamericanas.
Por el bien de nuestro continente, y del efectivo espíritu de relanzamiento de las relaciones entre nuestros países, es de esperar que el librito de Galeano se lo dejara Obama olvidado en el hotel.
Ojalá que el presidente norteamericano devuelva en una próxima oportunidad la mano a Chávez regalándole /Camino de servidumbre <, de Friedrich Hayek, o /La acción humana/, de Ludwig von Mises. Mientras tanto, si alguien me dice cómo puedo enviarle un libro al inquilino de la Casa Blanca, feliz le mando /Del buen salvaje al buen revolucionario , de Carlos Rangel, que, como escribió el célebre Jean-François Revel, es el primer ensayo sobre la civilización latinoamericana que disipa las interpretaciones falsas, las descripciones mentirosas y las excusas complacientes.
LAS GUERRAS DE TODA LA VIDA América Latina explicada de verdad Por Horacio Vázquez-Rial
Los que empezamos a estudiar la historia de España y de América Latina en los 60 tuvimos un primer libro de referencia en las universidades: América Latina: estructuras sociales e instituciones políticas, de Jacques Lambert, publicado en 1964. Con los 70 llegó la peste: Las venas abiertas de América Latina, de Eduardo Galeano, aparecido 1971, que se impuso rápidamente en los medios académicos y no académicos. Los alemanes fueron los primeros en sentirse encantados con el libro de Galeano, porque les proporcionaba la imagen de Hispanoamérica que ellos querían ver, a pesar del barón Von Humboldt. Era desolador en los años 70 ver cómo los estudiantes de Berlín, primero, y después de París, Londres, Estocolmo, Roma, se metían en la cabeza todos esos mitos y todos esos errores, que yo estimo en muchos casos intencionados, y todos esos datos, ciertos o falsos pero siempre retorcidos para sostener razonablemente lo insostenible: que los pobladores de la América española han sido durante quinientos años víctimas de los imperialismos, primero el español y después el norteamericano, y que no tienen la menor responsabilidad sobre su propio destino.
En 1976, finalmente, salió de las prensas Del buen salvaje al buen revolucionario, de Carlos Rangel, que ahora acaba de reeditar FAES con el subtítulo Mitos y realidades de América Latina. Era una obra reparadora, llena de verdades de a puño, valiente hasta el desafío, que apareció en el momento menos indicado para alcanzar una difusión adecuada: por entonces, las izquierdas tradicionales (comunistas, trotskistas, maoístas y castristas, amén de alguna subespecie) estaban haciendo su agosto con las dictaduras, fuese por su ferocidad y su guerra sucia, como en el Cono Sur o en Centroamérica, fuese por su populismo militarista, como en el Perú, donde Velasco Alvarado y Morales Bermúdez ocuparon el poder de 1968 a 1980. Nadie podía hacer crítica de las izquierdas militantes, porque su enemigo era el enemigo común de todos.
Yo tuve que sufrir lo mío antes de comprender que la junta militar argentina tenía el apoyo pleno de la Unión Soviética y al menos el respeto de Fidel Castro: tanto Moscú como La Habana hablaban en los 70 del "dictador Pinochet" y del "general nacionalista" (y, por lo tanto, antiimperialista) Videla. Del otro lado estaban unos tipos que, si alguna vez llegaban al poder, iban a ser peores.
Portada de la primera edición, publicada por Monte Ávila (Caracas).En ese proceso personal, el libro de Carlos Rangel tuvo un papel destacado. Mi amigo Jaime Naifleisch encontró dos ejemplares de la primera edición en una librería de Barcelona, y compró uno para él y otro para mí. Lo conservo, milagrosamente, después de haberlo prestado unas cuantas veces. Está lleno de subrayados y notas al margen que denotan mi sorpresa al enfrentar por primera vez ciertas verdades que hoy forman parte de mi subconsciente.
Que nadie crea que todo fue leer el libro y experimentar la iluminación. Nunca es así. Yo estaba profundamente idiotizado por las ideas recibidas. Había aceptado, por poner sólo un ejemplo, que era natural que Cristóbal Colón hubiese creído encontrarse en el Paraíso Terrenal, porque así era como nos habían enseñado a ver el continente: como un paraíso devastado. Y de pronto venía Carlos Rangel y me decía que no, que Colón había mentido, que América nunca había parecido un paraíso, que él habría tenido sus razones para venderle así su descubrimiento a los Reyes Católicos, o para convencerse a sí mismo de esa falsedad, pero que nosotros no teníamos por qué dar por buena su caprichosa descripción.
Venía Carlos Rangel y me decía que "lo más certero, veraz y general que se pueda decir sobre Latinoamérica es que hasta hoy ha sido un fracaso"; y después de eso no intentaba consolarme diciendo que la culpa de eso era de otros, ni que el continente era la clave étnica y social del más brillante porvenir en cuanto se liberara. ¿De qué tenía que liberarse el continente? De los otros, era la respuesta de la época. De sí mismo, de su propia falsa historia, aseveraba Rangel.
No era fácil. Ningún cambio esencial en el propio pensamiento es fácil, porque implica reconocer algo que va más allá del error: implica reconocer la inutilidad de la propia vida en las etapas anteriores, cuando no su carácter perjudicial. Había que aceptar que uno, y no el mundo, había vivido equivocado y había hecho más daño con sus mentiras, con su acriticismo, del que era capaz de calcular.
Rangel nos ponía ante la evidencia del ridículo de un antinorteamericanismo insostenible, a través de cuestionamientos de fondo:
En cuanto a nuestra reprobación por los aspectos negativos de la sociedad norteamericana, como la discriminación racial, el excesivo consumismo, el poder inquietante del "complejo militar-industrial", ¿de dónde la hemos aprendido sino de las críticas que los norteamericanos se hacen a sí mismos? ¿Y no es tristemente obvio que, al repetirlas con aire de justos, estamos evadiendo hacernos a nuestra vez las críticas que nosotros merecemos?
(...)
¿Y quién puede dudar de que de no haber existido esta potencia democrática, guardián del hemisferio (en su propio interés, pero ése es otro problema) Latinoamérica hubiera sido víctima en el siglo XIX del colonialismo europeo que conocieron Asia y África; y más tarde, en nuestro propio tiempo, de los imperialismos todavía peores que ha conocido el siglo XX?
Era una prosa contundente, desmitificadora, sin resquicios, capaz de entrar como un puñal en las falsas verdades establecidas, no por los Gobiernos, sino por una izquierda que jamás había sido capaz de sustituirlos pero dominaba en la ideología general. Rangel ponía en tela de juicio desde el mito del socialismo inca hasta el de la reforma agraria, desde el indigenismo hasta la teórica superpoblación, desde el desprecio por el trabajo hasta el tercermundismo.
Portada de la edición que acaba de publicar Gota a Gota.Era la primera muestra de un tipo de pensamiento que no iba a expandirse hasta veinte años después, con las obras de Juan José Sebreli (muy especialmente El asedio a la modernidad y El olvido de la razón), en Argentina, y con el Manual del perfecto idiota latinoamericano de Álvaro Vargas Llosa, Plinio Apuleyo Mendoza y Carlos Alberto Montaner (no en vano son estos últimos los autores del prólogo y el epílogo de esta nueva edición de la obra de Rangel).
Era también la definitiva ruptura crítica con el pensamiento latinoamericano anterior, con Vasconcelos, con Rodó, con Rojas; y la reivindicación de los "malditos": Sarmiento, Alberdi, Miranda, Bolívar. El Bolívar que, en 1830, escribía (tomo la cita del libro de Rangel):
He mandado veinte años, y de ellos no he sacado más que pocos resultados ciertos: 1) la América [Latina] es ingobernable para nosotros; 2) el que sirve una revolución ara en el mar; 3) este país [la Gran Colombia, luego fragmentada entre Colombia, Venezuela y Ecuador] caerá infaliblemente en manos de la multitud desenfrenada para después pasar a manos de tiranuelos casi imperceptibles de todos los colores y razas; 5) devorados por todos los crímenes y extinguidos por la ferocidad, los europeos no se dignarán conquistarnos; 6) si fuera posible que una parte del mundo volviera al caos primitivo, éste sería el último período de la América [Latina].
Rangel no llegó a ver a Chávez en el poder, esa pesadillesca realización de la profecía de Bolívar, pero es de temer que ello sólo hubiese contribuido a incrementar el pesimismo que le llevó al suicidio en 1988. A pesar de que, antes de que el tirano llegase a instalarse en Miraflores, cayó la Unión Soviética. "El suicidio de Carlos Rangel en 1988 fue un duro golpe no sólo para Sofía, su familia y sus amigos, sino para el pensamiento latinoamericano y para todos los venezolanos", apunta Carlos Alberto Montaner en el epílogo de esta edición, que también acompañó a la venezolana de 2006. Y añade:
Recuerdo, cuando fue derribado el Muro de Berlín, sólo un año más tarde, que no pude evitar pensar cuánto habría disfrutado Carlos la desaparición del comunismo en Europa y el total descrédito del marxismo: la historia había confirmado sus mejores razonamientos e intuiciones. Sin embargo, estoy seguro de que habría sufrido terriblemente a partir de la década de los noventa, cuando Venezuela se colocó en un peligroso plano inclinado y comenzó una deriva irresponsable hacia el abismo.
Su legado es imprescindible para la comprensión del proceso autodestructivo al que parece abocada América Latina.
CARLOS RANGEL: DEL BUEN SALVAJE AL BUEN REVOLUCIONARIO. Gota a Gota (Madrid), 2007, 440 páginas. Prólogos de JEAN-FRANÇOIS REVEL y PLINIO APULEYO MENDOZA. Epílogo de CARLOS ALBERTO MONTANER.
Esto no está escrito en periódicos, ni escrito por ningún exiliado cubano, esto es la bazofia socialista que se ha llevado 50 años, al fin de cuentas todo lo que se ve en el casco histórico para turistas en la Habana estaba mejor y la Habana era mejor y sus ciudadanos vivían mejor y teníamos turistas y nuestras bodegas estaban llenas y la gente estudiaba, y éramos libres de pensar de cualquier forma y nuestros niños no tenían que repetir seremos como el Che, ni nuestros niños tenían que pararse en una tribuna comunista a hablar improperios radicales impropios a su edad para defender un sistema político impuesto, con el estomago vacio; esto es atroz, eran niños que disfrutaban su niñez con la inocencia de un niño sin pensamientos ni doctrinas extrañas, que disfrutaban de Navidades, Reyes Magos y tenían acceso a un juguete y tenían en su inocencia películas adecuadas a su edad y no infectadas de basura Rusa, ni de comunismo internacional, para robarles su inocencia y llenarlos de odios ajenos; comían chucherías y no tenían que pedirselas a un turista porque en cualquier establecimiento las podía encontrar por centavos y en abundancia.
Para que ahora unos cochinos de alma envenenada he intoxicada se den el lujo bajo la censura y el monologo de decir que Cuba es soberana, estos elementos son mas malos que lo que ellos manifiestan de sus enemigos, son peores en esencia de lo que critican con tal desfachatez que solo se puede apreciar la falta de verdadera conciencia y honestidad que puede tener un hombre o una mujer, son conspiradores de la raza humana para llevarla a la desgracia y apoderarse de ella, ellos son los que quieren hacer un gobierno Mundial empobreciendo al Mundo y a los que han podido superarse y salir adelante, inyectando odios y resentimiento para aprovecharse de la ignorancia y la dejadez de muchos. Cada cual que piense bajo su conciencia de la manera como quiera hacerlo pero que no nos digan que ahora somos dueños de nuestro destino porque cada cual sabe los zapatos que le han impuesto para caminar. Al cubano lo han condenado y convertido en esclavo en su propia tierra. sldos tu amigo de siempre Andrés®
LOde PD lanzando la bola que es el periodico Patria y puede compararse con Jose Marti, es realmente un escandalo escandalosisimo y que merece nuestra mas firme critica, divulgacion,
UN ATROPELLO UN MITO SIN BASES SOLIDAS
EXIGO SE PUBLIQUE EN ESTE BLOG LA FOTO QUE WILLI TRAPICHE SACO HOY YOANI LEYENDO LA BIBLIA DE ERNESTO
21 comentarios:
Tienes razon Marga; hace falta un esfuerzo coordinado con acciones coordinadas,no es ir por ir, pero tambien es ir dispuesto a enfrentar las consecuencias de nuestros actos, lo que tambien sé, es que los de adentro no van a empezar si no los empujamos...
que bellas son tus graficas, realmente merecen que alguien haga un buen articulo de esos agrupando tu trabajo de imagenes que es buenisimo y marca en esta epoca.
Las tuyas y las de Willy Trapriche, a él ya le hicieron uno que merece pues tambien es lo mejorcito- me encantan. Ustedes son distintos pero todos los dias se ponen pa esta cosa y sacan imagenes para pensar.
Debian sacar un libro con todo eso.
Muy buenas la verdad. Felicidades por lo que a mi me cambian.
La respuesta de la dictadura, como siempre, ha sido silenciar las informaciones.
La única manera de reventar la consigna de silencio acerca de lo que en Cuba pasa es aprovechar los canales que Internet pone a nuestra disposición, para hacer llegar las noticias al máximo número de personas posible.
Por eso, os recuerdo a todos que es importante que inviteis a vuestras amistades a participar en esta causa.
Tenemos que llegar a ser muchos más si queremos romper algun día el bloqueo informativo.
Anonimo de las 2:36 PM estoy TOTALMENTE DE ACUERDO, hay que dejar de limitar el copia y pega a los articulos de Yoani, tambien esta Claudia, Lia y todos los de aqui afuera, que cuando ponen una buena piedra, es un traspies para los Castro.
Y hablo de Chiquita, de las graficas de Willy, hay material para una buena revista, lo que no tengo es dinero, pues los que lo tengan que sdediquen una cantidad a esta causa.
La fallida Encuentro no es el arma fatal para el exilio, hagamos una revista CAMBIO!!!
Estoy por un canal informativo abierto, donde todos valen, donde prima la calidad de la informacion, lo que sentimos dentro como afuera, y que llegue a todos lados.
Vamos a empezar por dejarnos de santas, santos y engreidos y apapuchados, demos libertad a la palabra contra Castro.
Textos e imagenes...ambos, en español, ingles y frances..
ahi tienes tu plaza Chiquita!!!
oyer, chiquita, no se como le haces pero la pones; na, no es cierto, yo si se como le haces: haces exactamente lo que quieres y por eso eres tan efectiva. Pues bien, saliendo de aqui, me topo con El fogonero emergente, y me topo con un grandisimo cambio. Por cada trapo sucio, dos manitos de fa'. El fogonero contrarresto los metodos sucios con la limpieza sobre el Yoyi Arcos; !que bueno!, por cada chisme del pasado, una experiencia de reivindicacion. Ya sabemos, no consentir en las campanas de division y sospecha; todos los que han sobrevivido, ha sido porque se adaptaron, pero el mismo carcater los expone, y hay que rescatar esas cosas que los reivindican como gentes e individuos. Bravo por el fogonero, ojala y hagamos igual; vean el articulo del fogonero sobre Arcos, por favor, es genial y efectivo
mis tropas, guerrilleros de la ultima hora... la "OPERACION SPAM ANTICASTRISTA" puede contrarrestar y debilitar email a email todo el bombardeo politico y terror en la isla. Podriamos hacer rechinar los dientes de rabia hacia el tiburon decrepito con nuestros picantes blogs, haciendo retumbar las verdades e incluso motivar esa rebelion nacional necesaria. Alquien tiene idea de a cuantos podemos alcanzar en la Isla si enviamos nuestros emails a todos los dominios .cu ?!??!?!??!. Por favor, alguien a favor de hacer de esta idea un hecho???
Emilio Ichikawa nunca te ha mencionado, ni publicado uno de tus magnificos grafismos, se ve que no es amigo tuyo...
El suplemento lleva por título general REIR EN CUBANO y saldrá en versión impresa y versión digital el próximo domingo 17 de mayo. Lo encabeza una necesaria introducción y varios trabajos de colaboradores:
1. Un pueblo que sabe reírse de si mismo (Jorge Ferrer)
2. Defensa (tardía) del choteo cubano (Enrique del Risco)
3. La risa en la sombra: la muerte del humor político en Cuba (Ramón Fernández Larrea)
4. Alvarez Guedes, el antropólogo mayor (Emilio Ichikawa)
5. Los inolvidables cómicos del cine republicano (Arturo Arias Polo)
6. ¿Quién se acuerda del Yo-Yo Místico? (Pedro García Albela)
7. "Que tiempos aquellos que ya pasaron..." (Emilio García Montiel)
La portada es de SANTANA, que además aportó varias ilustraciones para el interior del suplemento. Sobre la argumentación de este evento, Wilfredo Cancio ha escrito: "Alérgico al examen implacable de la risotada y la burla, el régimen de Fidel Castro comprendió muy pronto que su sobrevivencia dependía también de coartar el ejercicio del humor político y reducirlo a mera propaganda celebrativa. No sobrevivió Zig-Zag ni sobrevivieron tampoco los chistes más inofensivos que aludieran a los entresijos del poder. De ahí que a la altura de los años 80, era aún tema de discusión en selectos círculos de la dirigencia ideológica si se debía permitir que los medios de comunicación publicaran caricaturas del entonces enhiesto Comandante en Jefe." El suplemento aparecerá con motivo del 20 de mayo, otro aniversario de la República de Cuba.
VISTO QUIENES ESTARAN SERVIRA PARA CAGAR
PUES NINGUNO DE LOS ASERES ES SIMPATICO NI A LA HORA DE TOMAR CERVEZA, JAJAJJAJA QUE IDEAS DE GRUPITO, JAJJAJA, DE PENSARLO ME CAIGO A CARCAJADAS!!!!!!
Para ti, Chiquis...
Enrique Lihn
A Cristina y Angélica
Ahora que quizás, en un año de calma,
piense: la poesía me sirvió para esto:
no pude ser feliz, ello me fue negado,
pero escribí.
Escribí: fui la víctima
de la mendicidad y el orgullo mezclados
y ajusticié también a unos pocos lectores;
tendía la mano en puertas que nunca, nunca he visto;
una muchacha cayó, en otro mundo, a mis pies.
Pero escribí: tuve esta rara certeza,
la ilusión de tener el mundo entre las manos
-¡qué ilusión más perfecta! como un cristo barroco
con toda su crueldad innecesaria-.
Escribí, mi escritura fue como la maleza
de flores ácimas pero flores en fin,
el pan de cada día de las tierras eriazas:
una caparazón de espinas y raíces.
De la vida tomé todas estas palabras
como un niño oropel, guijarros junto al río:
las cosas de una magia, perfectamente inútiles
pero que siempre vuelven a renovar su encanto.
La especie de locura con que vuela un anciano
detrás de las palomas imitándolas
me fue dada en lugar de servir para algo.
Me condené escribiendo a que todos dudaran
de mi existencia real
(días de mi escritura, solar del extranjero).
Todos los que sirvieron y los que fueron servidos
digo que pasarán porque escribí
y hacerlo significa trabajar con la muerte
codo a codo, robarle unos cuantos secretos.
En su origen el río es una veta de agua
-allí, por un momento, siquiera, en esa altura-
luego, al final, un mar que nadie ve
de los que están braceándose la vida.
Porque escribí fui un odio vergonzante,
pero el mar forma parte de mi escritura misma:
línea de la rompiente en que un verso se espuma
yo puedo reiterar la poesía.
Estuve enfermo, sin lugar a dudas
y no sólo de insomnio,
también de ideas fijas que me hicieron leer
con obscena atención a unos cuantos psicólogos,
pero escribí y el crimen fue menor,
lo pagué verso a verso hasta escribirlo,
porque de la palabra que se ajusta al abismo
surge un poco de oscura inteligencia
y a esa luz muchos monstruos no son ajusticiados.
Porque escribí no estuve en casa del verdugo
ni me dejé llevar por el amor a Dios
ni acepté que los hombres fueran dioses
ni me hice desear como escribiente
ni la pobreza me pareció atroz
ni el poder una cosa deseable
ni me lavé ni me ensucié las manos
ni fueron vírgenes mis mejores amigas
ni tuve como amigo a un fariseo
ni a pesar de la cólera
quise desbaratar a mi enemigo.
Pero escribí y me muero por mi cuenta,
porque escribí porque escribí estoy vivo.
José Ingenieros
Cuando pones la proa visionaria hacia una estrella y tiendes el ala hacia tal excelsitud inasible, afanoso de perfección y rebelde a la mediocridad, llevas en ti el resorte misterioso de un Ideal. Es ascua sagrada, capaz de templarte para grandes acciones. Custódiala; si la dejas apagar no se reenciende jamás. Y si ella muere en ti, quedas inerte: fría bazofia humana. Sólo vives por esa partícula de ensueño que te sobrepone a lo real. Ella es el lis de tu blasón, el penacho de tu temperamento. Innumerables signos la revelan: cuando se te anuda la garganta al recordar la cicuta impuesta a Sócrates, la cruz izada para Cristo y la hoguera encendida a Bruno; cuando te abstraes en lo infinito leyendo un diálogo de Platón, un ensayo de Montaigne o un discurso de Helvecio; cuando el corazón se te estremece pensando en la desigual fortuna de esas pasiones en que fuiste, alternativamente, el Romeo de tal Julieta y el Werther de tal Carlota; cuando tus sienes se hielan de emoción al declamar una estrofa de Musset que rima acorde con tu sentir; y cuando, en suma, admiras la mente preclara de los genios, la sublime virtud de los santos, la magna gesta de los héroes, inclinándote con igual veneración ante los creadores de Verdad o de Belleza.
Todos no se extasían, como tú, ante un crepúsculo, no sueñan frente a una aurora o cimbran en una tempestad; ni gustan de pasear con Dante, reír con Moliére, temblar con Shakespeare, crujir con Wagner; ni enmudecer ante el David, la Cena o el Partenón. Es de pocos esa inquietud de perseguir ávidamente alguna quimera, venerando a filósofos, artistas y pensadores que fundieron en síntesis supremas sus visiones del ser y de la eternidad, volando más allá de lo real. Los seres de tu estirpe, cuya imaginación se puebla de ideales y cuyo sentimiento polariza hacia ellos la personalidad entera, forman raza aparte en la humanidad: son idealistas.
Definiendo su propia emoción, podría decir quien se sintiera poeta: el Ideal es un gesto del espíritu hacia alguna perfección.
Tomado de: José Ingenieros “El hombre mediocre”
Albert Camus
«...Hace del destino un asunto humano, que debe ser arreglado entre los hombres. Toda la alegría silenciosa de Sísifo consiste en eso. Su destino le pertenece. Su roca es su cosa. Del mismo modo el hombre absurdo, cuando contempla su tormento, hace callar a todos los ídolos. En el universo vuelto de pronto a su silencio se alzan las mil vocecitas maravillosas de la tierra. Llamamientos inconscientes y secretos, invitaciones de todos los rostros constituyen el reverso necesario y el premio de la victoria. No hay sol sin sombra y es necesario conocer la noche. El hombre absurdo dice que sí y su esfuerzo no terminará nunca. Si hay un destino personal, no hay un destino superior, o, por lo menos no hay más que uno al que juzga fatal y despreciable. Por lo demás, sabe que es dueño de sus días. En ese instante sutil en que el hombre vuelve sobre su vida, como Sísifo vuelve hacia su roca, en ese ligero giro, contempla esa serie de actos desvinculados que se convierten en su destino, creado por el, unido bajo la mirada de su memoria y pronto sellado por su muerte. Así, persuadido del origen enteramente humano de todo lo que es humano, ciego que desea ver y que sabe que la noche no tiene fin, está siempre en marcha. La roca sigue rodando. Dejo a Sísifo al pie de la montaña. Se vuelve a encontrar siempre su carga. Pero Sísifo enseña la fidelidad superior que niega a los dioses y levanta las rocas. El también juzga que todo está bien. Este universo en adelante sin amo no le parece estéril ni fútil. Cada uno de los granos de esta piedra, cada trozo mineral de esta montaña llena de oscuridad forma por sí solo un mundo. El esfuerzo mismo para llegar a las cimas basta para llenar un corazón de hombre. Hay que imaginarse a Sísifo dichoso...»
De Herman Hesse “El lobo estepario”
«Érase una vez un individuo, de nombre Harry, llamado el lobo estepario. Andaba en dos pies, llevaba vestidos y era un hombre, pero en el fondo era, en verdad, un lobo estepario. Había aprendido mucho de lo que las personas con buen entendimiento pueden aprender, y era un hombre bastante inteligente. Pero lo que no había aprendido era una cosa: a estar satisfecho de sí mismo y de su vida. Esto no pudo conseguirlo. Acaso ello proviniera de que en el fondo de su corazón sabía (o creía saber) en todo momento que no era realmente un ser humano, sino un lobo de la estepa. Que discutan los inteligentes acerca de si era en realidad un lobo, si en alguna ocasión, acaso antes de su nacimiento ya, había sido convertido por arte de encantamiento de lobo en hombre, o si había nacido desde luego hombre, pero dotado del alma de un lobo estepario y poseído o dominado por ella, o por último, si esta creencia de ser un lobo no era más que un producto de su imaginación o de un estado patológico. No dejaría de ser posible, por ejemplo, que este hombre, en su niñez, hubiera sido acaso fiero e indómito y desordenado, que sus educadores hubiesen tratado de matar en él a la bestia y precisamente por eso hubieran hecho arraigar en su imaginación la idea de que, en efecto, era realmente una bestia, cubierta sólo de una tenue funda de educación y sentido humano. Mucho e interesante podría decirse de esto y hasta escribir libros sobre el particular; pero con ello no se prestaría servicio alguno al lobo estepario, pues para él era completamente indiferente que el lobo se hubiera introducido en su persona por arte de magia o a fuerza de golpes, o que se tratara sólo de una fantasía de su espíritu. Lo que los demás pudieran pensar de todo esto, y hasta lo que él mismo de ello pensara, no tenía valor para el propio interesado, no conseguiría de ningún modo ahuyentar al lobo de su persona.
El lobo estepario tenía, por consiguiente, dos naturalezas, una humana y otra lobuna; ése era su sino. Y puede ser también que este sino no sea tan singular y raro. Se han visto ya muchos hombres que dentro de sí tenían no poco de perro, de zorro, de pez o de serpiente, sin que por eso hubiesen tenido mayores dificultades en la vida. En esta clase de personas vivían el hombre y el zorro, o el hombre y el pez, el uno junto al otro, y ninguno de los dos hacía daño a su compañero, es más, se ayudaban mutuamente, y en muchos hombres que han hecho buena carrera y son envidiados, fue más el zorro o el mono que el hombre quien hizo su fortuna. Esto lo sabe todo el mundo. En Harry, por el contrario, era otra cosa; en él no corrían el hombre y el lobo paralelamente, y mucho menos se prestaban mutua ayuda, sino que estaban en odio constante y mortal, y cada uno vivía exclusivamente para martirio del otro, y cuando dos son enemigos mortales y están dentro de una misma sangre y de una misma alma, entonces resulta una vida imposible. Pero en fin, cada uno tiene su suerte, y fácil no es ninguna...»
«Tus ojos son los ojos fijos del tigre y un minuto
Después son los ojos húmedos del perro.
Patria de sangre, única tierra que conozco y
me conoce, única patria en la que creo,
única puerta al infinito.»
Octavio Paz
para Alexis Romay, pero que le va muy buen a muchos de los que aqui encuentro...
Bro,
Entre el castrismo anticastrista (pinochetista, neobastitiano, neomachadista, etc.) y el castrismo procastrista (estalinista, maoísta, chavista, etc.) empieza a surgir un anticastrismo democrático y humanista. Gente joven que defiende con elegancia y tranquilidad sus posiciones, personas que resaltan por su renuencia a ser parte de cualquier forma de pandillerismo intelectual y que se niegan, tanto como le es posible, a los delirios protagónicos, al trasiego patriótico de sus frustraciones personales, a las paranoias desmedidas, y a la venganza disfrazada de justicia. Tú eres uno de ellos. Cuídate. Tú eres uno de esos pocos que el castrismo no pudo moldear, con sus golpes, a su imagen y semejanza.
Saludo y buena suerte en esa conferencia
CRA
REGALOS ENVENENADOS
¡No más venas abiertas para América Latina!
Por Ángel Soto
Eduardo Galeano
En la reciente Cumbre de las Américas el presidente venezolano, Hugo Chávez, entregó al mandatario norteamericano, Barack Obama, un ejemplar del libro /Las venas abiertas de América Latina/, escrito por Eduardo Galeano en 1971.
Obama, como es su costumbre, lo recibió con una amplia sonrisa, que más bien habla de su educación, cordialidad y espíritu de recomponer las relaciones con el subcontinente, pero también de su desconocimiento de lo que estaba recibiendo, un producto altamente tóxico.
El libro de Galeano es uno de los que más daño han hecho a nuestro continente. Su argumentación elemental sostiene que somos pobres porque los otros son ricos.
El clásico discurso del imperio que succiona la sangre de las venas de su víctima hasta acabar con ella. Un decálogo revolucionario antiimperialista que culpa de nuestro atraso primero a los españoles, luego a los ingleses y, desde el siglo pasado, a Estados Unidos. De haber sido escrito en el siglo XXI, seguramente culparía a Coca-Cola, Google, Amazon, Starbucks, McDonald's y alguna otra transnacional de las que /nos roban/.
Galeano resume los agravios sufridos por los latinoamericanos y los victimiza; además, transmite su odio visceral a cualquier cosa que huela a democracia y mercado: en definitiva, a la libertad, para retorcerse en el igualitarismo estrecho de mente que impide el desarrollo.
En lo sucesivo, Obama tendrá que andar con más cuidado a la hora de recibir panfletos de esta guisa. Hay muchísimos: desde /La historia me absolverá/, de Fidel Castro, y /La guerra de guerrillas/, de Ernesto /Che/ Guevara, a /¿Revolución dentro de la revolución?/, de Regis Debray, pasando por /Dependencia y desarrollo en América Latina/, de Fernando Cardoso y Enzo Faletto; /Hacia una teología de la liberación/, de Gustavo Gutiérrez, o /Para leer al Pato Donald/, de Ariel Dorfman y Armand Mattelart, incubado en universidades norteamericanas.
Por el bien de nuestro continente, y del efectivo espíritu de relanzamiento de las relaciones entre nuestros países, es de esperar que el librito de Galeano se lo dejara Obama olvidado en el hotel.
Ojalá que el presidente norteamericano devuelva en una próxima oportunidad la mano a Chávez regalándole /Camino de servidumbre <, de Friedrich Hayek, o /La acción humana/, de Ludwig von Mises. Mientras tanto, si alguien me dice cómo puedo enviarle un libro al inquilino de la Casa Blanca, feliz le mando /Del buen salvaje al buen revolucionario , de Carlos Rangel, que, como escribió el célebre Jean-François Revel, es el primer ensayo sobre la civilización latinoamericana que disipa las interpretaciones falsas, las descripciones mentirosas y las excusas complacientes.
LAS GUERRAS DE TODA LA VIDA
América Latina explicada de verdad
Por Horacio Vázquez-Rial
Los que empezamos a estudiar la historia de España y de América Latina en los 60 tuvimos un primer libro de referencia en las universidades: América Latina: estructuras sociales e instituciones políticas, de Jacques Lambert, publicado en 1964. Con los 70 llegó la peste: Las venas abiertas de América Latina, de Eduardo Galeano, aparecido 1971, que se impuso rápidamente en los medios académicos y no académicos.
Los alemanes fueron los primeros en sentirse encantados con el libro de Galeano, porque les proporcionaba la imagen de Hispanoamérica que ellos querían ver, a pesar del barón Von Humboldt. Era desolador en los años 70 ver cómo los estudiantes de Berlín, primero, y después de París, Londres, Estocolmo, Roma, se metían en la cabeza todos esos mitos y todos esos errores, que yo estimo en muchos casos intencionados, y todos esos datos, ciertos o falsos pero siempre retorcidos para sostener razonablemente lo insostenible: que los pobladores de la América española han sido durante quinientos años víctimas de los imperialismos, primero el español y después el norteamericano, y que no tienen la menor responsabilidad sobre su propio destino.
En 1976, finalmente, salió de las prensas Del buen salvaje al buen revolucionario, de Carlos Rangel, que ahora acaba de reeditar FAES con el subtítulo Mitos y realidades de América Latina. Era una obra reparadora, llena de verdades de a puño, valiente hasta el desafío, que apareció en el momento menos indicado para alcanzar una difusión adecuada: por entonces, las izquierdas tradicionales (comunistas, trotskistas, maoístas y castristas, amén de alguna subespecie) estaban haciendo su agosto con las dictaduras, fuese por su ferocidad y su guerra sucia, como en el Cono Sur o en Centroamérica, fuese por su populismo militarista, como en el Perú, donde Velasco Alvarado y Morales Bermúdez ocuparon el poder de 1968 a 1980. Nadie podía hacer crítica de las izquierdas militantes, porque su enemigo era el enemigo común de todos.
Yo tuve que sufrir lo mío antes de comprender que la junta militar argentina tenía el apoyo pleno de la Unión Soviética y al menos el respeto de Fidel Castro: tanto Moscú como La Habana hablaban en los 70 del "dictador Pinochet" y del "general nacionalista" (y, por lo tanto, antiimperialista) Videla. Del otro lado estaban unos tipos que, si alguna vez llegaban al poder, iban a ser peores.
Portada de la primera edición, publicada por Monte Ávila (Caracas).En ese proceso personal, el libro de Carlos Rangel tuvo un papel destacado. Mi amigo Jaime Naifleisch encontró dos ejemplares de la primera edición en una librería de Barcelona, y compró uno para él y otro para mí. Lo conservo, milagrosamente, después de haberlo prestado unas cuantas veces. Está lleno de subrayados y notas al margen que denotan mi sorpresa al enfrentar por primera vez ciertas verdades que hoy forman parte de mi subconsciente.
Que nadie crea que todo fue leer el libro y experimentar la iluminación. Nunca es así. Yo estaba profundamente idiotizado por las ideas recibidas. Había aceptado, por poner sólo un ejemplo, que era natural que Cristóbal Colón hubiese creído encontrarse en el Paraíso Terrenal, porque así era como nos habían enseñado a ver el continente: como un paraíso devastado. Y de pronto venía Carlos Rangel y me decía que no, que Colón había mentido, que América nunca había parecido un paraíso, que él habría tenido sus razones para venderle así su descubrimiento a los Reyes Católicos, o para convencerse a sí mismo de esa falsedad, pero que nosotros no teníamos por qué dar por buena su caprichosa descripción.
Venía Carlos Rangel y me decía que "lo más certero, veraz y general que se pueda decir sobre Latinoamérica es que hasta hoy ha sido un fracaso"; y después de eso no intentaba consolarme diciendo que la culpa de eso era de otros, ni que el continente era la clave étnica y social del más brillante porvenir en cuanto se liberara. ¿De qué tenía que liberarse el continente? De los otros, era la respuesta de la época. De sí mismo, de su propia falsa historia, aseveraba Rangel.
No era fácil. Ningún cambio esencial en el propio pensamiento es fácil, porque implica reconocer algo que va más allá del error: implica reconocer la inutilidad de la propia vida en las etapas anteriores, cuando no su carácter perjudicial. Había que aceptar que uno, y no el mundo, había vivido equivocado y había hecho más daño con sus mentiras, con su acriticismo, del que era capaz de calcular.
Rangel nos ponía ante la evidencia del ridículo de un antinorteamericanismo insostenible, a través de cuestionamientos de fondo:
En cuanto a nuestra reprobación por los aspectos negativos de la sociedad norteamericana, como la discriminación racial, el excesivo consumismo, el poder inquietante del "complejo militar-industrial", ¿de dónde la hemos aprendido sino de las críticas que los norteamericanos se hacen a sí mismos? ¿Y no es tristemente obvio que, al repetirlas con aire de justos, estamos evadiendo hacernos a nuestra vez las críticas que nosotros merecemos?
(...)
¿Y quién puede dudar de que de no haber existido esta potencia democrática, guardián del hemisferio (en su propio interés, pero ése es otro problema) Latinoamérica hubiera sido víctima en el siglo XIX del colonialismo europeo que conocieron Asia y África; y más tarde, en nuestro propio tiempo, de los imperialismos todavía peores que ha conocido el siglo XX?
Era una prosa contundente, desmitificadora, sin resquicios, capaz de entrar como un puñal en las falsas verdades establecidas, no por los Gobiernos, sino por una izquierda que jamás había sido capaz de sustituirlos pero dominaba en la ideología general. Rangel ponía en tela de juicio desde el mito del socialismo inca hasta el de la reforma agraria, desde el indigenismo hasta la teórica superpoblación, desde el desprecio por el trabajo hasta el tercermundismo.
Portada de la edición que acaba de publicar Gota a Gota.Era la primera muestra de un tipo de pensamiento que no iba a expandirse hasta veinte años después, con las obras de Juan José Sebreli (muy especialmente El asedio a la modernidad y El olvido de la razón), en Argentina, y con el Manual del perfecto idiota latinoamericano de Álvaro Vargas Llosa, Plinio Apuleyo Mendoza y Carlos Alberto Montaner (no en vano son estos últimos los autores del prólogo y el epílogo de esta nueva edición de la obra de Rangel).
Era también la definitiva ruptura crítica con el pensamiento latinoamericano anterior, con Vasconcelos, con Rodó, con Rojas; y la reivindicación de los "malditos": Sarmiento, Alberdi, Miranda, Bolívar. El Bolívar que, en 1830, escribía (tomo la cita del libro de Rangel):
He mandado veinte años, y de ellos no he sacado más que pocos resultados ciertos: 1) la América [Latina] es ingobernable para nosotros; 2) el que sirve una revolución ara en el mar; 3) este país [la Gran Colombia, luego fragmentada entre Colombia, Venezuela y Ecuador] caerá infaliblemente en manos de la multitud desenfrenada para después pasar a manos de tiranuelos casi imperceptibles de todos los colores y razas; 5) devorados por todos los crímenes y extinguidos por la ferocidad, los europeos no se dignarán conquistarnos; 6) si fuera posible que una parte del mundo volviera al caos primitivo, éste sería el último período de la América [Latina].
Rangel no llegó a ver a Chávez en el poder, esa pesadillesca realización de la profecía de Bolívar, pero es de temer que ello sólo hubiese contribuido a incrementar el pesimismo que le llevó al suicidio en 1988. A pesar de que, antes de que el tirano llegase a instalarse en Miraflores, cayó la Unión Soviética. "El suicidio de Carlos Rangel en 1988 fue un duro golpe no sólo para Sofía, su familia y sus amigos, sino para el pensamiento latinoamericano y para todos los venezolanos", apunta Carlos Alberto Montaner en el epílogo de esta edición, que también acompañó a la venezolana de 2006. Y añade:
Recuerdo, cuando fue derribado el Muro de Berlín, sólo un año más tarde, que no pude evitar pensar cuánto habría disfrutado Carlos la desaparición del comunismo en Europa y el total descrédito del marxismo: la historia había confirmado sus mejores razonamientos e intuiciones. Sin embargo, estoy seguro de que habría sufrido terriblemente a partir de la década de los noventa, cuando Venezuela se colocó en un peligroso plano inclinado y comenzó una deriva irresponsable hacia el abismo.
Su legado es imprescindible para la comprensión del proceso autodestructivo al que parece abocada América Latina.
CARLOS RANGEL: DEL BUEN SALVAJE AL BUEN REVOLUCIONARIO. Gota a Gota (Madrid), 2007, 440 páginas. Prólogos de JEAN-FRANÇOIS REVEL y PLINIO APULEYO MENDOZA. Epílogo de CARLOS ALBERTO MONTANER.
Esto no está escrito en periódicos, ni escrito por ningún exiliado cubano,
esto es la bazofia socialista que se ha llevado 50 años, al fin de cuentas
todo lo que se ve en el casco histórico para turistas en la Habana estaba
mejor y la Habana era mejor y sus ciudadanos vivían mejor y teníamos
turistas y nuestras bodegas estaban llenas y la gente estudiaba, y éramos
libres de pensar de cualquier forma y nuestros niños no tenían que repetir
seremos como el Che, ni nuestros niños tenían que pararse en una tribuna
comunista a hablar improperios radicales impropios a su edad para defender
un sistema político impuesto, con el estomago vacio; esto es atroz, eran
niños que disfrutaban su niñez con la inocencia de un niño sin pensamientos
ni doctrinas extrañas, que disfrutaban de Navidades, Reyes Magos y tenían
acceso a un juguete y tenían en su inocencia películas adecuadas a su edad y
no infectadas de basura Rusa, ni de comunismo internacional, para robarles
su inocencia y llenarlos de odios ajenos; comían chucherías y no tenían que
pedirselas a un turista porque en cualquier establecimiento las podía
encontrar por centavos y en abundancia.
Para que ahora unos cochinos de alma envenenada he intoxicada se den el lujo
bajo la censura y el monologo de decir que Cuba es soberana, estos elementos
son mas malos que lo que ellos manifiestan de sus enemigos, son peores en
esencia de lo que critican con tal desfachatez que solo se puede apreciar la
falta de verdadera conciencia y honestidad que puede tener un hombre o una
mujer, son conspiradores de la raza humana para llevarla a la desgracia y
apoderarse de ella, ellos son los que quieren hacer un gobierno Mundial
empobreciendo al Mundo y a los que han podido superarse y salir adelante,
inyectando odios y resentimiento para aprovecharse de la ignorancia y la
dejadez de muchos. Cada cual que piense bajo su conciencia de la manera como
quiera hacerlo pero que no nos digan que ahora somos dueños de nuestro
destino porque cada cual sabe los zapatos que le han impuesto para caminar.
Al cubano lo han condenado y convertido en esclavo en su propia tierra.
sldos
tu amigo de siempre
Andrés®
Hey!, Marga, por fin pude hacer una actualizacion en la pag de flashes, aqui esta el link: http://editpar.com/codedmarga1.htm
LA CHICA MALA ES LA MEJOR...
Muy buen material en esta trastienda, gracias.
Willy, te sigo, detras de ti.
Gracias Ignacio, voy a ver.
Y a quien pone esos textos y conoce bien mis inclinaciones literarias.
LOde PD lanzando la bola que es el periodico Patria y puede compararse con Jose Marti, es realmente un escandalo escandalosisimo y que merece nuestra mas firme critica, divulgacion,
UN ATROPELLO
UN MITO SIN BASES SOLIDAS
EXIGO SE PUBLIQUE EN ESTE BLOG LA FOTO QUE WILLI TRAPICHE SACO HOY
YOANI LEYENDO LA BIBLIA DE ERNESTO
ES UN PEDIDO CON APOYO DE RAZONES!!!!!!!!
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