Huele a Chicharron quemado

En este delirio cubano, donde no hay ley que te oriente, veamos la noticia del día: aquellos que se han portado mal, han guapeado por ser feos, se tiraron a la reventa de “yerbas milagrosas” por mucho que hayan remado, los devolverán a la isla.

La noticia insinúa que Cuba los acepta, como es natural, con un gobierno delincuente, como iban a dejar fuera a sus hermanos. Ahora, “los deportados” estarán de acuerdo??? , así no mas, de regresar con lo difícil que fue la travesía????.

Peloteo de cubanos en el futuro inmediato…se han abierto el bateo de noventa millas. Imagínate, que bonito queda en el expediente humano, “me devolvieron por pandillero”. Y eso es a vida. Clase papeleta este juego internacional.

Ya no sé para donde mirar. Gorki y su grupo porno para Ricardo han logrado un éxito rotundo, abiertamente contestatarios, contra Castro y sus desmanes, -que no le quito su merito-y cada vez que se fuman un porro, movilizan a la intelectualidad cubana del exilio.

Como acepto cualquier propuesta humana, en este vacío de ídolos, propongo que se cree la asociación de apoyo internacional al yonki patriótico, así como la Federación sin ética cubana del robo por causas políticas…todo entra, todo cabe, en el desmadre de una nación, donde el concepto "ciudadano" se ha perdido.

Sé por experiencia que hay que recurrir a “cualquier viaje”, cuando el exilio duele, o el cuerpo demanda. Que me cuenten lo fumado, que da raya con el baile.

En fin, que cada cual haga lo que le de la reverendísima gana, que parece que el fin de la dictadura tarda, y nada mejor que pasarlo, “flotando” en las grandes causas.

Avísenme que me apunto… el “Hombre nuevo”tiene alas, y yo soplo para que se eleve.

Por menos que esto, ya huelo a quema....


La noticia en si esta en el link del titulo de este post, esto para lectores rapidos....


Cuba comienza a admitir exiliados que han cometido delitos en EE UU
Hasta 50.000 "no admisibles" llevan años a la espera de un acuerdo con la isla

En Florida hay, al menos, un millón de cubanos. En todo Estados Unidos, millón y medio. Pero no todos gozan de la situación privilegiada que les da la Ley de Ajuste, que les permite, sólo por poner los pies en suelo estadounidense, acceder a la residencia legal al cabo de un año. Se barajan cifras de que hasta 40.000 o 50.000 de ellos han estropeado su privilegio y cualquier otro atisbo del sueño americano. Han delinquido y son deportables del país. Pero como lograron tocar suelo estadounidense y no hay sobre ellos acuerdo oficial de deportación, cuando terminan sus condenas sólo pasan a estar en libertad bajo supervisión con la única obligación de presentarse cada mes ante las autoridades de inmigración a la espera de cambios. Y éstos parecen haber llegado.

Oficiales del Centro de Inmigración de Krome, donde deben fichar los cubanos deportables de Miami, han dicho que Estados Unidos envía regularmente al azar a Cuba nombres de cubanos deportables intentando que los acepten. El pasado 8 de enero lograron que recibieran a cuatro. También señalaron que a principio de 2008 hubo varios casos más. No son sólo ya de Mariel, el puerto al este de La Habana por el que salieron en 1980 unos 125.000 cubanos tras la invasión de la Embajada de Perú en la capital. Fidel Castro abrió entonces la mano y las cárceles. Muchos delincuentes se metieron entre los exiliados decentes y convirtieron a Miami en otra ciudad.

A mediados de la década de los ochenta, la Administración de Ronald Reagan consiguió que Cuba aceptara a 2.746 marielitos detenidos, que incluso se amotinaron en cárceles de Atlanta y Oakdale (Louisiana). En 2005, la Corte Suprema de Estados Unidos falló a favor de la libertad de otros 700 que aún permanecían en la cárcel.

Dentro de las difíciles, complejas y hasta esquizofrénicas, como algunos las ha llamado, relaciones entre Estados Unidos y Cuba, las deportaciones actuales parecen demostrar que no están tan rotas las negociaciones entre ambos países. Días después de enterarse de los casos del 8 de enero, las colas en el centro de Krome se han reducido ostensiblemente. Por si la cita mensual se convierte en la última. Los tiempos están cambiando.