Mostrando entradas con la etiqueta lluvias en la habana y el resto del territorio nacional. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta lluvias en la habana y el resto del territorio nacional. Mostrar todas las entradas

miércoles, julio 21, 2010

el culo de la lata





Hay que coger este filón hasta quemarle el culo a la lata. Llevar el término a su máxima expresión- sea destierro, exilio, salida definitiva- hasta que repugne y se alce la ola de indignación del que allí nació y también padezca las condiciones sociales y económicas de su tierra; hasta que sea vomitivo para el que se divorcia con la problemática porque su experiencia en “TÉRMINOS, trámites y vida” ha sido igual de violenta.

Y lo van a seguir haciendo porque rellenan el termómetro de guachipupa, y toman la presión atmosférica en el mismísimo ano. El mercurio, el azogue que se desliza, exaltado por la sensiblería y la repetición de causas abortadas, por la candela al culo de la lata, no les orienta razón, humanidad e inteligencia.

Claro que si, los dejaron salir de la isla porque situándoles en el mundo real – ese que se desconoce y mucho más en el interior de una cárcel, ese con su crisis y todas las recondenaciones actuales-ese podía destruir aún más al HUMANO- que solo y en plena salud, cuando sale, se desguewa por ganarse papeles y una plaza en la nueva vida.

Pero el filón es explotable, descarna la gruta, orada, persa la piedra, poniendo maderas se sostendrá el techo que es, a su vez, seboruco, pan o línea de los que se aprovechan para hacer negocios desde confortables posiciones que dan embullo, - esto es propio de los primeros tiempos, luego larga a cualquiera en el camino-A muchos conviene que dure el estruendo mediático. O cobertura o panegírico caritativo

Si me hago entender bien, todos sabemos, que son los primeros tiempos del exiliado, desterrado, asolado, largado, abandonado, huerfanazo de tierra, los que determinan que podrá hacer en libre, lo que comienza.

Todavía no se ve nada, solo leo lo que conviene a mucha gente que desde hace tiempo está aquí afuera y firmes convicciones orientadas a lo “que se debe”, lo “que se espera” de ustedes”. Soy demasiado bruta, quizás, pero no se renueva el potencial siguiendo la misma rima, cantadísima, estropeada por el tono en La, clavado en el mi mi mi, fa so la si.

Larga carretera que extermina “los cambios”, larga perorata. Hay que coger este filón hasta quemarle el culo a la lata y surja de nuevo el conflicto y la división, aumente el desgano, y fomente la excusa del exterminador para cerrar la llave de los que restan encerrados; para que de pie a cuatro o cinco editoriales cagantes de desvergüenza; porque seguirles la rima solo provoca inusuales y patéticas controversias de décimas, de punto cubano.

Es diabólico lanzar al aire libre al cansado, enfermo con la familia a cuestas,-PERO NADA MEJOR QUE LA LIBERTAD- es diabólico esperar respuesta de los otros, cuando el que tiene fondo, si desvía de su cuenta personal, o de la suma que dedica a actividades circenses de malabarismo y rejuego politicazo, correctamente oficializado por medio siglo- pone condiciones, avanza y realmente ayuda a este grupo de hombres, que merecen, como merece el bien, quien desafía, protesta, escapa, comienza a respirar. Humanamente todos, incluidos los que no han ido a prisión, que más da, si el caribe los apresa. De Alcatraz, el carpintero que pica y pica en todas las puertas por si vino el pescado o te sobra un poco de azúcar.

Pero es mucho pedir en este momento. El engranaje se apresta, las piezas están dispuestas- hasta las de recambio, para iluminar la nueva valla propagandística.
Detalles insignificantes, palabras sueltas de aquí y de acullá me permiten decir, que todo es reciclado en el infierno de la habana, para uso y abuso de los “internados”, de los “pacientes” o de los que oteamos, los renegados que aumentan, en mayoría pendientes de que canten en la charada el numero bueno, el que acierta, el que completa la grilla, el fatal.

Dejo constancia, no soy pitonisa, ya retomarán el tema dentro de algunas semanas, los mismos que cavan el hueco, descubrirán la mina de falsos trapos, y collarcitos de maíz dictatorial enterrados al azar, como minas, para romper piernas y se alzarán con la propiedad del descubrimiento. Es costumbre, diríamos tradicional en Hollybolhabana.

Nunca había llovido tanta mierda, basta mirar, si cae del cielo es solo porque la computadora que tiene programado el mal tiempo en la isla, ajusta las tuercas.