Muchos nacimos en el barco y nos contaron que íbamos a un futuro donde no habría hambre, ni diferencias sociales y estábamos llegando. Antes de tener memoria ciertos hombres llegaban frente al muro donde les descendería una ráfaga...-lo sabría muchisimos años más tarde...Algunos remaban y confundían las manchas de sardinas con la luz de la costa, antes de hundirse en el fondo marino; otros veían los rascacielos por la ventanilla del avión, estaban llegando.
Se confundió al ignorante; la falsa promesa se convirtió en amenaza...en realidad estábamos llegando a la puerta de la bodega, o de la carnicería tras horas de cola, llegaríamos en la tarde tras esperar la guagua, y sin protestar.
A mi nadie me preguntó si quería ponerle un color azulado a ese destino, o si quería ir, o estaba de acuerdo con el sacrificio…quizás era mi tara genética la que me asustaba cuando había que alejarse de casa, quizás simplificaba y era una vaga egoísta que no participaba en el esfuerzo colectivo donde se auto despojaban de la voluntad de ir a donde les diera la gana.
En fin, nací en una sociedad falsamente partenalista-- léase autoritaria y represiva, excluído indagar-- se iba donde mandaran, o no, y se pagaba por eso…
Aquí en el exilio de tiempo en tiempo escucho el grito estamos llegando, pero ¿ a dónde? simplemente estábamos, estamos y el único fin es la muerte de los que quieren llegar más rápido, de los que se conforman ...conformamos...”estar” ha sido secuestrado; “llegar” ha sido violado por los controladores del tiempo cubano.
Desde entonces soy esta que vive y respira lejos. Mayo comienza en breve, y están previstas numerosas marchas por la libertad para el 20, espero que la acumulación de acciones llene el vaso y reviente a la inercia, apuren el cambio. Ya lo dicen los chinos, una gota de agua que cae y cae a diario horada la piedra...Perdonen la falta de creencia, pero me gustaría escuchar a dónde quieren llegar los que no han ido a ninguna parte…
