"Coños de vitriolo y de cianuro"
la zafiedad reinanteJAVIER MARÍAS dice: Me parece bien, insisto, que conservemos esa fuente de información incomparable que es el habla de cada cual, o su escritura. La gente finge mucho, disimula, se hace pasar por lo que no es, esconde sus cartas, a menudo es hipócrita o taimada y enseña una sola cara. Si todo el mundo hablara igual, como se quiere desde demasiadas instancias, estaríamos vendidos ante los numerosos impostores. La degradación de nuestra escena pública no parece tener límites, cierto, pero hay que verle el lado bueno: así no podremos llamarnos a engaño, o de algunos nos salvaremos.