Érase una vez un planeta en el cual cuando dabas tres pasos caías sobre un producto chino. Podías necesitar un bombillo como una cazuela o soñar con un juguete fabuloso o un gatico que moviera la pata. Ahí estaba, en la esquina, en la etiqueta escondida, en y a la mano la China loca.
Érase una vez un cuento chino, donde después de inundar a la tierra de barato, frágil y mal gusto, los habitantes escogidos decidieron mostrar lo más lujoso, fino e inaccesible de la tierra...Mauuuuuu!
La clase media del gigante asiático -
unos 200 millones de personas- se ha lanzado a comprar y romper con su pasado de austeridad.
Sienten fascinación por las marcas occidentales y ya forman el segundo mercado mundial de artículos de lujo, tras Japón.