Coincidencias
El arte sutil del represor se basa en la tijera, corta, ataca, se reinventa, se descascara…hasta que no queda nada porque hay que tener varias capas de careta para decirle a su hijo “lo que tienes para comer es un chícharo aguado” que nos han dado por una libreta de racionamiento; luego salir por el barrio y contrabandear un pedazo de puerco, sin dejar de chivatear al que lo vende, por si acaso…
Cuando el cuento se instala como modo de vida, señala a ese mal que roe, y mantiene al agresor en su puesto.
Hermano, familia, vecino, barriada, suenan a valores viejos.
Tremendo será el remiendo, y mucha la honestidad para decir BASTA.