Guillermo Vargas,artista costarricense
causó polémica cuando expuso sus fotografías, y en una esquina de la galeria, amarró a un perro desnutrido.
El público visitaba las instalaciones, y parecía no importarles el estado del pobre animal. Finalmente, el perro murió de hambre atado en aquél rincón.
“Me reservo decir si es cierto o no que el perro murió. Lo importante para mí-dijo el autor-
era la hipocresía de la gente:
un animal así se convierte en foco de atención cuando lo pongo en un lugar blanco donde la gente va a ver arte pero no cuando está en la calle muerto de hambre. Igual pasó con
Natividad Canda, la gente se sensibilizó con él hasta que se lo comieron los perros".
“Nadie llegó a liberar al perro ni le dió comida o llamó a la policía. Nadie hizo nada”.
“Recojo lo que miro... El perro está más vivo que nunca porque sigue dando qué hablar”.