Siempre le he tenido miedo « al hueco », donde van a parar los que deciden pasar la muerte como « abono en caja », a mí que me quemen y me tiren en una ciudad con mar, de preferencia por donde está la ermita de Cachita en Miami; o en el parque El Retiro, de Madrid- para fastidiar, porque es ilegal, pero reafirma como he vivido, buscándome en mis contemporáneos, y en soledad de mano que me apuntale cuando me descuido.
De tiempo en tiempo hago el hueco, y miro como reaccionan mis cercanos, bien que nos han repartido ojos, orejas, manos, corazón, cerebro , me quedo en un pie, sin aliento. Como golpea el silencio en paredes y cuerpos.
Se ponen el título tras el nombre, antes bastaba decir « soy hijo de » para sentirse orgulloso de la genética, con sus buenos genes, y los adquiridos, los renegados, los que avergüenzan, pero ahora resulta de poco.
Qué ha pasado en marzo?, pues casi nada mi tamarindo amoroso, un terremoto, un maremoto, una explosión en una central atómica, una guerra en Libia que bate esplendor; sin contar el adefesio de la isla: los cinco o “cuatro y medio” que la pelan con su imbecilidad, si espíaban, pues les cayó la ley, no todos los países tienen la desbandada legal rellena de coronilla, se aplica lo que se debe y punto.
Luego insisten en Lahabana porque quieren que esto sea una luchita virtual,- la que no araña- y tiran videítos, a los que responde con otro video la mesa redonda de la blogologística de la élite ponderada , circunspecta, y premiada, con un lenguaje tan cansón y un revoltillo entre redes sociales y el concepto antiquísimo de ciudadano, que para los pelos.
A ver, qué olvido? Otras buenas: salió Biscet y ha dicho cosas muy interesantes, hace pedidos que compartimos. Fue el ocho el día de la mujer y aunque tenemos paquetón de sitios literarios, las poetisas, - mira que la palabra suena despectiva, dan deseos de escribir loas a los calzoncillos- pasamos por la misma cazuela del amigo que empuja a otro amigo, dando como resultado que la vida siga igual, en revistas cuyo por ciento de artículos masculinos aplasta el yin, y no pasa nada, ni se dan cuenta, que un yan hiperdimensionado disminuye la creencia en la fertilidad de la literatura cubana.
Hubo día del poeta, lo cual me paso por los dedos del pie, coincidente con la primavera, que si me pone a jardinear ; y todo en el más absoluto despiste silencioso de mis intelectuales amigos, contemporáneos facebujianos y demás...
Es su derecho a dejar pasar,-pero que baba "mariajesudelosamores"-, prefiero las excepciones – no, no voy a mencionar porque también hay quién sabe y excomulga a medio mundo, sin que se pueda decir ese pelo está decolorao, pues se instaura una resalación enorme. Excepciones de honra, repito.
Honor pues a quien dice y marca su época, - son realmente pocos en el Parnaso cubano- iba a poner Pargaso, en fin lo pongo, aclarando: sin ninguna connotación sexual, y liado a ese nadar entre aguas, en bandadas de colores, y aleteos de buen samaritano que no desea problemas con nadie.
Lo que sigo sin entender, madre del cielo primaverosa, por qué hay tanto intelectual, y poeta que no tiene opinión? Existe alguna razón especial para no expresar lo que estudios, fama, instinto y razonamiento , etc, etc, les dice que es justo?
No es el pudor, en eso estoy clara, porque no les da pena publicar obras completas, esperando que digas en facebook, « ay que primor, que bueno eso », y realmente hay excelentes, pero que maldición de meterme en su cuento, tan fuera de momento. A cada hora, no tengo deseos de entrar en la reserva privada de un escritor, por mucho que lo quiera, y emborracharme con su vino; por eso no comento, les leo cuando me viene la gana, que esto de poner poemas cada dos minutos, posados como mojones de carretera en el universo virtual, es un desperdicio. A falta de publicaciones en papel, abran una bitácora para los pobrecitos versos abandonados, y deje saber quién es usted, qué opina? El ser, la tinta, la mancha, son en realidad los que definen al escriba.
Existe alguna razón para qué yo tenga qué despellejarme en este blog, opinando en un monólogo aventurero al posicionarme fuera del hueco? Debe ser un castigo, yo también prefiero tener editor, crítico, y publicaciones en cualquier lado, pero me martilla la consciencia.
No sé , me enferma, es intimidante este hueco, muy intimidante. Qué falta de querer, qué alisio de ceguera, cómo me gustaría leer que están en el mundo, que son ciudadanos del planeta, de mi isla, y viven en libertad planeando la palabra -este o no de acuerdo. - Si esperan que se resuelvan los conflictos para ponerse de parte del ganador, pues mijos, no vale en mi patio particular, y que llueva, si es necesario.
Inegablemente marzo es un mes de intermedios teatrales, y la compañía no se pronuncia, no detecta, no avisora, se han comido la lengua, y me duele ese hueco del vivo, donde cae la pasividad, ajena al poeta.