No es agradable leer cada mañana que alguien quiere tu muerte porque tienes un blog y pides la libertad de Cuba.
No es nada fácil, como nombra, a quienes vienen a este espacio de “fanes amaestrados”, “servidores serviles”.
Del físico al alma, día a día el veneno, aunque tenga el blog cerrado y todos sepan que no soy látigo, ni anónimo, ni troll, ni fantasma de vilezas.
Que poca monta, hacerme una leyenda indigna, como si yo ya no arrastrara con la mía de exiliada.
Que matanza de “profiler” castrista, cuando entra en fase “killer” y convoca jaurías para que me despedacen.
Es durísimo vivir así desde agosto del 2009, mucho más agudo desde comienzos de año. De la infamia a la calumnia, del chantaje a la persecución, de la intimidación hasta llegar, este 14 de febrero, a un editorial de los peores tiempos del Granma, de aquellos punitivos donde hacían talco a una persona.
Que bajo animo, salir a buscar dinero, comida, trabajo y pensar que aun cuando duermes alguien esta usurpando o mancillando tu integridad.