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jueves, julio 15, 2010

¿Quién es Orlando Zapata Tamayo?




¿Quién es Orlando Zapata Tamayo?

Llueven los editoriales similares: “El anuncio de la excarcelación de medio centenar de presos políticos se debe a acciones emprendidas por la oposición política interna, a gestiones de la Iglesia Católica local, a la intercesión diplomática extranjera y a la presión de los medios de prensa internacionales. La muerte en huelga de hambre de Orlando Zapata Tamayo, el ayuno... sostenido durante 135 días por Guillermo Fariñas, así como el anuncio de relevos en una campaña de huelgas, han sido el detonante de una escalada que ha hecho, al final, adoptar algunas medidas al régimen cubano.”

¿Qué les parece? ¿Empezamos a ganar? ¡Plamplinas! Nananina jabón candado. Que se lo crea el que no tenga cerebro. Si el régimen de Castro fuera tan flojito y tan torpe como nos lo pintan estos editoriales... tal vez. Publicado ayer, este optimista editorial (editado por motivos del tema) es justamente lo que el régimen cubano quería que se publicara. Pero no me interpreten mal, que no estoy diciendo que los redactores le sirvan de mensajeros al régimen, sino que al parecer carecen de la malicia necesaria para comprender cómo funciona una dictadura que 51 años después de haberse instaurado sigue intacta.

Desde el 23 de Febrero del presente no se habla más que de Orlando Zapata Tamayo, un negro cubano (lo de negro, ya verán, aquí vale por dos) encarcelado por Fidel Castro y al que el mismísimo dictador dejó morir (léase, asesinó) 82 días después de haber comenzado una huelga de hambre. Desde entonces, pancartas, posters, proclamas, manifestaciones, o en visitas celestinas de ministros desde España, o partes informativos (incluso desde la agencia pro-castrista CNN), o la invidente y parcializada Amnesty International, no cesan de mencionar su nombre.

Tanto revuelo (incluso por parte de los enemigos del pueblo cubano), tanta notoriedad (incluso por parte de los que tanto han ignorado la tragedia cubana) y tanta publicidad (como si se tratara de un caso único) me obliga a sospechar y entonces termino haciéndome la misma pregunta: ¿quién fue Orlando Zapata Tamayo?; ¿qué tanto de especial tiene su caso?; ¿por qué aparece solo él en esos posters?; ¿por qué ahora, o incluso, desde la Moncloa (ocupada por Zapatero) que tanto nos odia, nos explota, y discrimina?

¿Hay alguna semejanza entre Tamayo y Perdo Luís Boitel? Y si la hay, ¿por qué no aparecen juntos en los posters? De los 24 disidentes más conocidos a nivel mundial y fallecidos durante una huelga de hambre, dos son cubanos. ¿Quién se sirve entonces de la muerte de Tamayo en Europa 5 décadas después de tantas muertes innecesarias en Cuba? ¿A quiénes interesan los presos de Cuba, que no sean los terroristas islámicos que vacacionan bien alimentados y saludables en Guantánamo? ¿Es positiva para Cuba la liberación (y deportación) de 52 presos cubanos y todas sus familias?

¿Hacen falta más muertos? ¿Faltan mártires? ¿Alguien necesita más nombres? Yo recuerdo a Humberto Aguiar, José Luís Alfaro, José Ramón Bacallao, Juan Capote Fiallo, Mariano Alonso, Leonardo Trujillo, Francisco Travieso, Elpidio Soler, Nemesio Rodríguez, Pablo Rivera, Antonio Valentín, Secundino Ramírez, Mario Risquelme, José Saldara, Raúl López Vidal, Ariel Lima Lago, Silvino Junco, Olegario Hernández y a otros cientos de patriotas ejecutados entre 1959 y 1961 por el Che Guevara en la Sierra Maestra, Santa Clara y La Cabaña.

¿Hacen falta más muertos? ¿Faltan mártires? ¿Alguien necesita más nombres? Yo recuerdo muchos y todos tan especiales como olvidados, como Armando Cañizares Gamboa, uno de los 63 brigadistas (2506) muertos en 1961 en combate. A estos muertos hay que sumar los 5 Brigadistas fusilados en Santa Clara después de ser hechos prisioneros en Girón, más los 9 que murieron de asfixia en una rastra, o los 10 que, como Tamayo, fallecieron de hambre y sed en el yate “Celia” que les llevaba a la Bahía de Cochinos.

¿Hacen falta más muertos? ¿Faltan mártires? ¿Alguien necesita más nombres? Entonces me acuerdo a Eliseo Alfonso León, Guillermo Balboa, Alberto Becerra, Juan Antonio Benitez, Osirio Borges Rojas, Andrés Chávez López, Lorenzo Clavijo y Carlos Contreras, todos asesinados en 1961 en el Escambray. Pero también pudiera porner aquí los nombres de otros miles de asesinados en La Habana, Santiago de Cuba, o los ejecutados en Pinar del Río, por sólo recordar algunos de los mártires cubanos contra el régimen dictatorial de los hermanos Castro.

¿Hacen falta más muertos? ¿Faltan mártires? ¿Alguien necesita más nombres? Yo no puedo olvidar los de Leonardo McKenzie y Carlos Leyva, así como las otras víctimas que regresaban en aquel avión de Cubana y que Fidel Castro ordenó explotar en pleno vuelo para acusar a Luís Posada Carriles de la masacre. Tal es la infamia del régimen Castrista, que si usted busca en Internet un listado completo de aquellos cubanos (aunque sólo fuera por rendirles homenaje), sólo encontrará cientos de artículos encaminados a inculpar al único cubano que puso fin a las guerrilas comuinistas en Venezuela.

¿Hacen falta más muertos? ¿Faltan mártires? ¿Alguien necesita más nombres? Sigo recordando muchos y todos tan especiales como Tamayo y tan olvidados como lo será un día él. Yo recuerdo a Hellen Martínez Enríquez (de 5 meses de nacida), Angel René Abreu Ruiz (3 años) José Carlos Nicle Anaya (3 años) Giselle Borges Alvarez (4 años), Caridad Leyva Tacoronte y su hermanito Yousell (5 y 11 años), Juan Mario Gutiérrez García (10 años), Yasser Perodín Almanza (11 años), Eliecer Suárez Plasencia (11 años) y a los otros 27 cubanos masacrados en 1994 junto al Remolcador 13 de Marzo.

¿Hacen falta más muertos? ¿Faltan mártires? ¿Alguien necesita más nombres? También recuerdo a Armando Alejandre Jr., Mario de la Peña, Carlos Costa y Pablo Morales, cuatro jóvenes cubano-americanos asesinados por los “honorables” militares de Castro en 1996 mientras volaban para ayudar a los balseros cubanos en el Estrecho de la Florida. Y como mismo los cito a ellos, también pudiera citar a Rafael Aguilar Bello, Camilo Alemán Pineda, Sonia Alfonso Cardoso y Yamiris Zuñiga como representates de decenas de miles de cubanos ahogados en el Estrecho de la Florida mientras intentaban escapar al terror castrista.

Como ven, no parece que haya mucho problema a la hora de buscar víctimas de la dictadura cubana. Mi problema radica sobre todo, en comprender a España y su política euro-comunitaria de cara a Cuba. Como todos sabemos España intentó enjuiciar a Pinochet por la muerte de varios españoles en Chile, pero como por arte de magia, olvida todos esos nombres y apellidos (en su inmensa mayoría de origen español) a la hora de negociar con Castro. Y digo más, lejos de negociar, España es cómplice y utiliza a Tamayo para convencer al régimen de la utilidad de canjear sus presos por un voto favorable en Bruselas.

Así las cosas, ya sé quién es Orlando Zapata Tamayo. Aparte de ser una perdida irreparable para una madre y para algunos patriotas cubanos, no es ni el primero, ni el último de los asesinados por Fidel Castro. No es ni el primero, ni el único martir cubano. Tamayo es, como tantos negros cubanos, una pieza más del tablero étnico del cual se han servido el Cardenal Ortega y el Vaticano para hacer olvidar su cobardía ante los otros tres negros fusilados en Abril del 2003. Peor aún, el Cardenal Ortega sabe que Orlando Zapata Tamayo le permitirá ahora seguir tomando buenos vinos españoles.

Zapata Tamayo por tanto, no sólo se convierte en una figura emblemática para la diplomacia del PSOE, sino en un salvavidas para la cadena hotelera Sol Meliá y los miles de empresarios españoles “atrapados” en la isla. A su vez, su muerte le ha servido a Fidel Castro para poner fin a la precaria disidencia que comenzaba a molestarle. Moratinos, tan obediente como diligente, ha aceptado las condiciones de su Líder Máximo: si ustedes aceptan en España a todo aquel que me moleste, yo les prometo que no les pongo un dedo encima.

Pero ni tan siquiera entran en España con el estatus de asilados políticos, lo que obligaría a ese país a mantenerles económicamente y a fondo perdido durante cinco años según la convención de Ginebra de 1953. Entran como simples inmigrantes cuando a todas luces no lo son. Como refugiados, una nacionalización facilitada sería posible, mas como cubanos sin parentezco español demostrado jamás. Y todo lo anterior, en el nombre del dólar (ellos lo llaman “razones humanitarias”), su hijo devaluado el Euro, y el discurso de los derechos humanos oportunamente recordado. Amén.

Carlos Wotzkow
Bienne Julio 15, 2010

jueves, julio 01, 2010

Los blogueros, punto y seguido



Los blogueros, punto y seguido

“¿Existe un límite para una campaña de difamación y para un movimiento de odio?”

Yoani Sánchez


Cada día creo menos... y pensar que un día yo también crei...

Las cosas que leo no hacen más que confirmar mi prejuicio-convicción (y como consecuencia de horas y horas de lectura de improperios, mezquindades, cultura de breteros, y demás daños colaterales) de que los cubanos somos el grupo humano más chanchullero que habita sobre la Tierra. Esto incluye, por supuesto, a varios “compañeros” infiltrados en la diáspora, lo que nos hace internacionalmente infames, por decirlo amablemente. ¿Cómo se sienten tantos comemierdas destripándose los unos a los otros por la vía de los blogs y enseñando las mil y una miseria acumuladas en forma de chismes y diretes como si se tratara de excelentes dotes de inteligencia e intelectualidad?

¿A quién debemos apoyar, a Payá Sardiñas, la marioneta favorita de José María Aznar y el Partido Popular, o Yoani Sánchez, la protegida con peluca de Moratinos y el Partido Socialista Obrero Español? ¿Cómo apoyar nada que pida turismo norteamericano y no más libertades a los cubanos? No saben acaso esos gentiles anfitriones que la mitad del pueblo americano adora y apoya a Fidel Castro? ¿De qué tratará la próxima carta a firmar por los 73 y un cuarto? ¿Recibiré alguna convocatoria para apoyar la renovación de la escalera del edificio de una bloguera, o deberé donar algo para que actualice la tarjeta gráfica y pueda ver Youtube? Vaya que con cualquiera de las iniciativas y carticas que nos gastamos estamos hechos.

Pues miren, hay tantas razones para no apoyar a ninguno de esos “famosos” que ya no sé ni por donde empezar. Lo primero son esas declaraciones solemnes de apolíticos (sinónimo del yo-no-fui) que denota una ausencia de ideología total. Lo segundo es su lealtad, pero ya conozco esa foto pasada por fotoshop: un gran trasvesti. Y como ocurre con todos los grandes guerreros por nuestra libertad, lo tercero son sus grandes verdades (Cuba será muy pronto libre y próspera) que son mucho más importantes que los hechos (a Cuba le quedan decenios de miseria y oportunismo político). Ah, esas grandes verdades veladas de los célebres disidentes y demás personalidades de la cofradía cubana: (A) la fama (B) el poder y (C) vivir del cuento.

¿Son estas celebridades de grajo y pandereta las que los cubanos quieren como gobernantes para el futuro? Tal vez no, pero quizás sean las que muchos merezcamos.

Dejando a un lado la pacotilla cotidiana, ¿por qué nadie se pregunta quienes son Francisco Chaviano, Mike Falworth, José Luís Sito, o cuanto pseudónimo cobarde aparece y desaparece en la blogosfera? ¿Por qué nadie protesta contra los infames ataques contra, por ejemplo, tres mujeres comprometidas con Cuba a su manera? ¿Cómo no les molesta la cacería de brujas contra Graça Salgueiro, Zoé Valdés, o Margarita García Alonso. Ya veo, que doloroso que alguien triunfe y que patada en los pequeños mamoncillos si ese éxito ocurre en Sudamérica, o en el exilio en Francia, esa vieja y servil república que apoya al castrismo en plena Europa.

Aquel que ataque a una verdadera opositora de Castro por el simple hecho de no ser cubana, no sabe lo que es la solidaridad. Aquel que diga que una novela es mala por no ajustarse a la realidad histórica, no ha vivido en la novela de terror cubana. Aquel que amenaza de muerte a la hija de una mujer intelectualmente superior es un impotente sexual, o como dirían en Marianao, no se le para. En Cuba, que yo sepa, sólo hay un opositor, el tipo es mulato, está preso desde hace un montón de años, y no digo su nombre para que no le caigan en piña, para que nadie lo convierta en otra celebridad, o para que los blogueros no lo insulten como gustan.

¿Cómo se siente el lector con el protagonismo de una persona que no para de ganarse premios políticos, que puede entrevistar incluso al presidente Obama y que no se siente disidente del régimen de Castro? Genuina comecaca, esa es la palabra, ¿o me equivoco? ¿Y cómo deben sentirse las que llevan tantos años luchando honestamente por la libertad de Cuba, cuando cuatro tipejos (por no llamarles maricones) vienen a ofenderlas camuflados en el anonimato con todo tipo de injurias personales. Si la libertad de Cuba pasa por la defensa injuriosa de estas celebridades habaneras fabricadas en Madrid, o por la pluma de esos impenitentes y cobardes, sólo aspiro a morir en el exilio.

Todos sabemos que los blogs son propicios al chanchullo. A mi me han dado leña en todos ellos. Desde “Secretos de Cuba” hasta el “Abicú Liberal” han servido de plataforma de insultos en mi contra. Pero todavía me sorprendo del ridículo que hacen (y aparentemente ignoran) sus propietarios al publicar tanta porquería. Quien quiera que hoy publique artículos difamatorios contra Graça, Zoé, o Marguarita, ya sabe para quién trabaja. Y que cosnte, todos trabajamos para ganar dinero, para mejorar nuestro presente y el futuro de nuestros hijos, pero las tres mujeres insultadas por estos sicarios del régimen se lo ganan honestamente, no sobándole los huevos a ningún tirano. Ese detalle vale ya una nota en su defensa.

Cada día creo menos, sobre todo cuando una bloguera ve los insultos escritos en contra de otra que no llegó a tirar la primera piedra y no es capaz de salir en su defensa aunque sólo sea por el hecho de ser mujer. No Yoani, no hay límites a tu pregunta, sobre todo si el codazo lo recibe otra. Pero que cada uno apoye a quien le venga en gana, porque en mi caso, apoyar a una célebre filóloga, sería como votar para que el chicle con sabor a manzana devenga el plato nacional cubano. Peor aún (si es que alguien puede imaginarlo aún peor) sería como desearle a Cuba la misma mierda que hoy vivimos otros 50 años más.

Y yo, que dije en Milano que no escribiría más.... punto y seguido

Carlos Wotzkow
Bienne, Julio 1, 2010