miércoles, agosto 27, 2025

Mike Fernández, merolico de la dictadura cubana


 por Leopoldo Luis García


Yo no dispongo de tiempo suficiente para hacer una averiguación en regla, por eso acudo a ChatGPT —¿quién no lo hace hoy?— para enterarme de por qué ha viajado Mike Fernández a Cuba.
La inteligencia artificial —seguramente más eficaz que la mía— me cuenta que como cubano emigrado y empresario estadounidense, Mike ha defendido la normalización de relaciones y cree que el intercambio económico y cultural puede abrir el futuro de Cuba. Me dice además el chat, que él busca oportunidades de negocios y muestra interés en explorar inversiones en la Isla, si las condiciones políticas lo permiten.
No tengo el gusto de conocer al señor, pero he escuchado de su enorme fortuna. Es su dinero —bien ganado, así lo presumo— y puede invertirlo en lo que desee.
Por estos días se ha revelado que es él quien financia unas vallas en las que acusa de traidores a los congresistas cubanoamericanos (creo que también al actual secretario de estado).
Yo no me atrevería a acusar a nadie de traidor —salvo a quienes traicionan al pueblo de Cuba—, pero es obvio que Mike no teme hacerlo (incluso de manera pública).
Respeto eso.
Lo que no respeto —y nunca respetaré— es que alguien nacido en Cuba se acerque a los tiranos que la destrozan en busca de “oportunidades de negocios” y de fomentar un “intercambio económico”.
Mis razones son simples: en casi 70 años, todos los intercambios y todas las oportunidades de negocios han redundado siempre en beneficio de la tiranía y no de los cubanos. ¿Por que creería Mike que en su caso sería diferente?
¿Quién de ustedes, queridos amigos, cree que se puede hacer negocios con la tiranía cubana para beneficio del pueblo?
¿Alguien cree que soy intransigente por eso, extremista, oportunista?
Me importa un bledo que Mike Fernández haya combatido el comunismo en Indochina. Contra el comunismo en el país donde nacimos ambos, no ha hecho nada. ¿Cuántas vallas pagó para denunciar a la dictadura cubana?
Por favor, ya me han dicho que el señor vive en Estados Unidos y por lo tanto no tiene interés en Cuba. No me repitan el mismo argumento porque no es cierto: sí tiene interés en Cuba: le interesa para hacer negocios.
¿O no?
Díganme qué no es un negocio.
¿Qué?

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