miércoles, junio 02, 2010

seré libre sólo cuando Cuba sea libre





Por Ibis García Alonso


Margarita, creo que tú y yo somos tocayas más allá de los apellidos. Somos tocayas de sentimientos. Algunos puede que no, pero éste, precisamente éste sentimiento que tiene que ver con el deseo de ser libre y de ver libres a todos los cubanos, lo comparto en cada átomo contigo. Respecto de la libertad te puedo decir que el día en que decidí despojarme por entero de la dictadura castrista y no regresé a Cuba cuando estaba “obligada” a hacerlo, ilusamente llegué a pensar que por fin sería libre. Pero no. No me siento libre y no me avergüenza decirlo. Puede que sea libre para decir y hacer algunas cosas, puede. Pero para mí la libertad a medias no existe. Porque la libertad no es sólo liberarse “de” sino tener libertad “para”. Y si no tengo libertad “para” entrar a mi país y pedir allí, a grito pelado, por la libertad de los presos políticos; si no tengo libertad “para” entrar a mi país y acompañar a las Damas de Blanco en una de sus marchas pacíficas; si no tengo libertad “para” entrar a mi país y gritar en una esquina todo lo que salido de mi corazón llegue a mi boca; si no tengo libertad “para” entrar a mi país y abrazar a mi madre —simplemente eso, abrazarla—, pues no me considero una mujer libre. Por muchas cosas que pueda hacer en el extranjero, continúo queriendo sentirme libre. Y quiero ser libre “para” caminar, pensar, decir, hacer, compartir, discrepar, errar, rectificar, soñar, amar… Pero todo eso dentro de mi país. En fin, que seré libre sólo cuando Cuba sea libre.
¡Libertad para Cuba!
Gracias por compartir tu linda iniciativa.
Te abrazo.

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