lunes, mayo 18, 2009

El gordo y el flaco sin CENSURA!!!!!!!!!!!!







como nunca antes !!!!!! enorme actualidad en la web!!!!!

10 comentarios:

Anónimo dijo...

jjajajjaaaajajajjajja, meao de la risa....el busto e ICHIKAWA!!!jajajjajaaaaaaaaaa

Anónimo dijo...

http://varela1.blogspot.com/2009/05/emilito.htm

Anónimo dijo...

Es hora de desenmascararlos a todos. Que no jodan más.

Mabelys dijo...

Me encantan, siempre les adore, hacia tiempo que no les veia; recuerdo cuando los pasaban en CUba, ha sido un placer verlos ahora en español; Gracias CHIQUITA!!!!!

Padre Alberto dijo...

El miedo, la codicia y el deseo de poder son las fuerzas psicológicas que no solamente inducen a la guerra y la violencia entre las naciones, las tribus, las religiones y las ideologías, sino que también son la causa del conflicto incesante en las relaciones personales. Hacen que tengamos una percepción distorsionada de nosotros mismos y de los demás. A través de ellas interpretamos equivocadamente todas las situaciones, llegando a actuaciones descarriadas encaminadas a eliminar el miedo y satisfacer la ne­cesidad de tener más: ese abismo sin fondo que no se llena nunca.

Sin embargo, es importante reconocer que el miedo, la codicia y el deseo de poder no son la disfunción inherente de la condición humana, sino que son productos de ella. La disfunción realmente es un delirio colectivo profundamente arraigado dentro de la mente de cada ser humano. Son varias las enseñanzas espirituales que nos aconsejan deshacernos del miedo y del deseo, pero esas prác­ticas espirituales por lo general no surten efecto porque no atacan la raíz de la disfunción. El miedo, la codicia y el deseo de poder no son los factores causales últimos. Si bien el anhelo de mejorar y de ser buenos es un propósito elevado y encomiable, es un empeño condenado al fracaso a menos de que haya un cambio de conciencia. Esto se debe a que sigue siendo parte de la misma disfunción, una forma más sutil y enrarecida de superación, un deseo de alcanzar algo más y de fortalecer nuestra identidad conceptual, nuestra propia imagen. No podemos llegar a ser buenos esforzándonos por serlo sino encontrando la bondad que mora en nosotros para dejarla salir. Pero ella podrá aflorar únicamente si se produce un cambio fundamental en el estado de conciencia.

La historia del comunismo, inspirado originalmente en ideales nobles, ilustra claramente lo que sucede cuando las personas tratan de cambiar la realidad externa, de crear una nueva tierra, sin un cambio previo de su realidad interior, de su estado de conciencia. Hacen planes sin tomar en cuenta la impronta de disfunción que todos los seres humanos llevamos dentro: el ego.

SERGIO dijo...

Laurel y Hardy BRAVO

sIEMPRE DE ACTUALIDAD!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

Laurel y Hardy!!!! me acuerdo cuando Calderon le ponia voces, los mejores momentos de mi infancia en Cuba!!!!

gracias

Margarita Garcia Alonso dijo...

acaba de morir Mario Benedetti, que pena...

Cuando resido en este país que no sueña
cuando vivo en esta ciudad sin párpados
donde sin embargo mi mujer me entiende
y ha quedado mi infancia y envejecen mis padres
y llamo a mis amigos de vereda a vereda
y puedo ver los árboles desde mi ventana
olvidados y torpes a las tres de la tarde
siento que algo me cerca y me oprime
como si una sombra espesa y decisiva
descendiera sobre mí y sobre nosotros
para encubrir a ese alguien que siempre afloja
el viejo detonador de la esperanza.

Cuando vivo en esta ciudad sin lágrimas
que se ha vuelto egoísta de puro generosa
que ha perdido su ánimo sin haberlo gastado
pienso que al fin ha llegado el momento
de decir adiós a algunas presunciones
de alejarse tal vez y hablar otros idiomas
donde la indiferencia sea una palabra obsena.

Confieso que otras veces me he escapado.
Diré ante todo que me asomé al Arno
que hallé en las librerías de Charing Cross
cierto Byron firmado por el vicario Bull
en una navidad de hace setenta años.
Desfilé entre los borrachos de Bowery
y entre los Brueghel de la Pinacoteca
comprobé cómo puede trastornarse
el equipo sonoro del Chateau de Langeais
explicando medallas e incensarios
cuando en verdad había sólo armaduras.

Sudé en Dakar por solidaridad
vi turbas galopando hasta la Monna Lisa
y huyendo sin mirar a Botticelli
vi curas madrileños abordando a rameras
y en casa de Rembrandt turistas de Dallas
que preguntaban por el comedor
suecos amontonados en dos metros de sol
y en Copenhague la embajada rusa
y la embajada norteamericana
separadas por un lindo cementerio.

Vi el cadáver de Lídice cubierto por la nieve
y el carnaval de Río cubierto por la samba
y en Tuskegee el rabioso optimismo de los negros
probé en Santiago el caldillo de congrio
y recibí el Año Nuevo en Times Square
sacándome cornetas del oído.

Vi a Ingrid Bergman correr por la Rue Blanche
y salvando las obvias diferencias
vi a Adenauer entre débiles aplausos vieneses
vi a Kruschev saliendo de Pennsylvania Station
y salvando otra vez las diferencias
vi un toro de pacífico abolengo
que no quería matar a su torero.
Vi a Henry Miller lejos de sus trópicos
con una insolación mediterránea
y me saqué una foto en casa de Jan Neruda
dormí escuchando a Wagner en Florencia
y oyendo a un suizo entre Ginebra y Tarascón
vi a gordas y humildes artesanas de Pomaire
y a tres monjitas jóvenes en el Carnegie Hall
marcando el jazz con negros zapatones
vi a las mujeres más lindas del planeta
caminando sin mí por la Vía Nazionale.

Miré
admiré
traté de comprender
creo que en buena parte he comprendido
y es estupendo
todo es estupendo
sólo allá lejos puede uno saberlo
y es una linda vacación
es un rapto de imágenes
es un alegre diccionario
es una fácil recorrida
es un alivio.

Pero ahora no me quedan más excusas
porque se vuelve aquí
siempre se vuelve.
La nostalgia se escurre de los libros
se introduce debajo de la piel
y esta ciudad sin párpados
este país que nunca sueña
de pronto se convierte en el único sitio
donde el aire es mi aire
y la culpa es mi culpa
y en mi cama hay un pozo que es mi pozo
y cuando extiendo el brazo estoy seguro
de la pared que toco o del vacío
y cuando miro el cielo
veo acá mis nubes y allí mi Cruz del Sur
mi alrededor son los ojos de todos
y no me siento al margen
ahora ya sé que no me siento al margen.

Quizá mi única noción de patria
sea esta urgencia de decir Nosotros
quizá mi única noción de patria
sea este regreso al propio desconcierto.

aqui los temaspub por Enrisco dijo...

http://enrisco.blogspot.com/2009/05/reir-en-cubano.html

Armando Añel dijo...

Que tiempos aquellos, que ya pasaron, como dice Montiel en ENH...

Pero en verdad ya pasaron?
Saludos!